Por Omar Auton
“Volver a la realidad es un acto de heroísmo”
R. Scalabrini Ortiz
Hace pocos días y presentando nuestra revista Escenarios dedicada al 80 aniversario del 17 de octubre de 1945, comenzamos a dialogar sobre algunas similitudes de estos tiempos con aquellos y, reconociendo que a veces inconscientemente forzamos algunos acontecimientos para alimentar de certeza nuestra afirmaciones, voy a tratar de describir o mostrar elementos en los que abrevan estas disquisiciones.
El golpe militar de junio de 1943 puso fin a un largo proceso de decadencia política, la Unión Cívica Radical que aparece en 1916 como el fruto del surgimiento de un nuevo sector social en ascenso, las clases medias, y expresión de la demanda de respetar la voluntad popular en los comicios, expresada en el acuerdo entre Yrigoyen y otros radicales con el roquismo en decadencia, que dio lugar a la ley Saénz Peña, había caído, por un lado como consecuencia de la crisis irreversible del sistema mundial que había parido a la Argentina del Centenario y por otro lado como resultado de las internas salvajes entre los sectores del partido gobernante.
La oposición más feroz a Yrigoyen nace de su propio partido, Alvear encabeza al sector autodenominado “antipersonalista”, que eran las mismas fuerzas que habían estado a punto de impedir el acceso de Don Hipólito a la presidencia en 1916, tanto es así que en 1928 enfrentó electoralmente a la Unión Cívica Radical Antipersonalista, cuya fórmula era encabezada por Leopoldo Melo. Luego del golpe de Uriburu y la muerte de Yrigoyen, la UCR pasó a ser, junto con socialistas, demócratas progresistas, etc, la oposición “tolerada” por el régimen conservador y fraudulento de la “Década Infame”.
El país vivió una lenta degradación del sistema político, los arreglos y componendas entre partidos llevó a un socialista, Joaquín Coca, a definirlo como “El Contubernio”, los votos de los sectores mas pobres y excluidos se conquistaban con “beneficios” o prebendas, cuando no con el fraude liso y llano, todos los partidos y sus dirigencias quedaron comprometidos con escándalos de corrupción como la prórroga de la concesión de los servicios eléctricos a la Compañía Ibero Americana de Electricidad (CHADE) y la Compañía Ítalo Argentina de Electricidad (CIAE), que habría sido el origen de los fondos para la compra de la actual sede central de la UCR en la calle Alsina.
Corrupción y decadencia del sistema de partidos y de los dirigentes de la época
También se daba que había nuevos protagonistas en la sociedad argentina, una nueva clase industrial que ya no era simplemente el gerenciamiento de los grandes trust extranjeros que manejaban las exportaciones agropecuarias, los servicios públicos y el mundo financiero, la segunda guerra mundial vio aparecer una industria de sustitución de importaciones, al cortarse el arribo de productos manufacturados británicos o alemanes.
Esta industria necesitaba mano de obra y se resolvió con la llegada de grandes contingentes de hombres y mujeres de nuestras provincias, un verdadero proceso de migración interna, que buscaban su porvenir ante la falta de trabajo en un sector agropecuario de carácter terrateniente, extensivo y concentrado en la propiedad por pocas familias que, por lo general, residían en Buenos Aires.
Esto es, aparición de dos nuevos protagonistas, una clase obrera industrial y argentina que desplazaba o absorbía a la que era el resultado de las oleadas inmigratorias de principios de siglo y una burguesía industrial que pretendía rivalizar con el modelo colonial-pastoril implantado por la oligarquía.
Esto ocurría en medio de la crisis final del modelo oligárquico dependiente, el retroceso de Gran Bretaña luego de la Primera Guerra Mundial, el creciente protagonismo de EE.UU, cuya economía es competitiva de la nuestra y no complementaria, se agudizó a partir de la crisis de 1930, Inglaterra se blindó en Ottawa con sus ex colonias y Argentina se derrumbaba, ello llevó a la firma del oprobioso tratado Roca-Runciman, que entregó al país atado de pies y manos a cambio de una cuota para las carnes argentinas.
La oligarquía a cambio de una mínima participación en la renta colonial entregaba a la potencia dominante los recursos naturales, los servicios públicos, el monopolio del comercio exterior y los servicios financieros, inclusive del mismísimo Banco Central de la Nación.
Eran los tiempos de un cambio dramático en el orden mundial, a la caída de los imperios centrales con la derrota de Austria-Hungria en la primera guerra mundial, se sumaba la caída del Zar de Rusia derrocado y fusilado por los bolcheviques luego de la Revolución Rusa de 1917 que ponía en marcha el intento mas acabado de construir el socialismo, nada mas y nada menos que en el país mas atrasado de Europa, contradiciendo la predicción de Carlos Marx. Alemania arruinada, Francia semidestruída por el enfrentamiento bélico, Inglaterra que quedó endeudada con EE.UU por los gastos de guerra, convertían el vasto imperio colonial en una rémora del pasado, Italia que se había alineado con los aliados no pudo lograr que le reconocieran ninguna de las recompensas prometidas y España se sumía en la guerra civil que ocasionó millones de muertos, la dictadura de Franco y 40 años de atraso cultural, social, político y económico. Mientras tanto una burguesía capitalista atrevida y vulgar en sus costumbres gobernaba en EE.UU, con funcionarios como el Secretario de Estado Cordell Hull y embajadores como Spruille Braden
El mundo conocido y que había permanecido intocado durante un siglo se derrumbaba, no había una potencia dominante, surgían nuevos polos de poder y todo ello culminaría en la guerra interimperialista de 1936-1945, y pongo como fecha de inicio 1936 porque hoy muchos historiadores coinciden que comienza con la invasión de china por japón y la masacre de España por Alemania e Italia.
A todo esto el pueblo argentino estaba sumido en la pobreza, con expectativas de vida de 45 años en algunas provincias, cientos de jóvenes rechazados para el servicio militar por “deficientes condiciones físicas” debidas a la desnutrición o malnutrición, los que pasaban el examen, en muchos casos, aprendían a leer y escribir en los cuarteles ya que “educación universal, pública y gratuita” se limitaba a algunas zonas centrales del país, solo votaba porque era obligado por el régimen, cuando no lo despojaban de la libreta de enrolamiento (la mujer no votaba) con la frase “Vos ya votaste”, los sindicatos preexistentes en manos de socialistas y comunistas traicionaban las huelgas y reclamos ya que “Era hora de enviar alimentos a los países que defendían la democracia en Europa”, el anarquismo declinaba o sus mejores hombres y mujeres iban a luchar en España contra Franco, los nuevos sindicatos aún no eran mayoritarios o comenzaban a desarrollarse.
La prensa, apoyaba la democracia fraudulenta, La Nación, La Prensa y Crítica ocultaban los latrocinios del régimen, los intelectuales callaban y se deslumbraban con las nuevas modas culturales, solo pequeños grupos de patriotas como la Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina (FORJA) denunciaban al coloniaje, y aparecía la imagen del “hombre que está solo y espera” que retratara Scalabrini Ortiz y Discépolo nos hablaba del “Cambalache” y el “Desencuentro”, hacía una década que había muerto Yrigoyen y la gente decía, “¿Volveremos a tener alguien como Don Hipólito?”.
Ochenta años después nos encontramos nuevamente ante un sistema político corrupto e irrepresentativo, tanto que muchos argentinos optan por no ir a votar y llamativamente no es porque desechen o rechacen la política, sino que explican “Si total con mi voto no puedo cambiar nada”, o “Si total son todos iguales y después arreglan todo entre ellos”, la UCR hace rato que no es un partido político y se ha transformado en una agencia de empleos y acomodos a partir de los cargos, hace años que no hay una fuerza conservadora seria, comparemos a Alsogaray, Pinedo o Siracusano con Lilia Lemoine, o pensemos que el actual presidente de la UCD es Ramiro Marra, antes tenían periodistas como Bernardo Neustadt o Mariano Grondona y ahora a Fantino o Jonatan Viale.
El peronismo sufre una decadencia similar a la que vivió el yrigoyenismo, al abandono de sus banderas históricas le siguió la conformación de una casta partidocrática que se ha apoderado de sus estructuras partidarias, muchos de ellos con fortunas cuyo origen tienen dificultades para explicar y una “orga” de ex jóvenes, devenidos en punteros a partir de una organización forjada a la luz de un liderazgo declinante y cada vez mas rechazado y creada y sostenida con los fondos del Estado en razón de haberse apoderado de los organismos que manejan presupuestos millonarios y presencia territorial en todo el país.
Asimismo se ha perdido toda vocación transformadora y vínculo con los sectores populares, resignándose a perder elección tras elección pero utilizando su poder económico y territorial para armar las listas y asegurarse permanentemente los recursos del Estado.
También aparecen nuevos actores en la sociedad, en el mundo del trabajo, solamente un 40% de la población económicamente activa tiene empleo formal y registrado, otro tanto se sostiene con trabajos informales, changas, trabajos por plataformas, “en negro”, en talleres o pequeños emprendimientos no inscriptos, o los mas favorecidos en forma “Free lance” en actividades vinculadas a la informática o comercio virtual. Un sector importante de los que tienen empleo formal se desempeñan también en trabajos informales (Uber, Cabify, Didi), para completar un ingreso que les permita subsistir, un 20% está desocupado, algunos figuran en los registros y otros no porque han dejado de buscar trabajo. Todo este sector carece de representación sindical y muchos han dejado de identificarse con ninguna fuerza política porque no se sienten identificados.
La caída de la “burguesía nacional” ha sido estrepitosa, no hay prácticamente plantas o fábricas de capital nacional, las que hay son en un 90% pequeñas empresas o emprendimientos, miles se han fundido y desaparecido, el 1% de las empresas emplea al 44% de los trabajadores privados. En el sector agropecuario hace años que no somos productores de alimentos “para 400 millones de personas” como repiten los políticos y muchos intelectuales, la siembra directa y los “pooles” de siembra explotan grandes extensiones, los propietarios se trasladaron a los barrios privados que constituyen además un mecanismo de lavado de dinero o a zonas como Puerto Madero o la zona ribereña de Rosario.
Un sector de empresarios, gerentes de fondos o grupos económicos globales (Manzano, Ratazzi) o con inversiones diversificadas y domicilios en el extranjero (Roca, Bulgheroni, Roemmers), presiona por apoderarse de empresas del Estado, inversiones por concesiones gubernamentales, y apropiarse de recursos petroleros, gasíferos, minerales e incluso el agua. Pusieron en la presidencia a Mauricio Macri y ante su fracaso a un engendro como Milei, dispuestos a rematar todo el patrimonio nacional a cambio de mantener sus espacios en el saqueo repitiendo el comportamiento de la oligarquía en la “Década Infame”.
Un elemento nuevo es el endeudamiento, Argentina estaba hipotecada en el año 2001, salió de ello con gran esfuerzo hasta 2015 y a partir de ahí y especialmente en 2018 fué endeudada nuevamente de manera brutal, se intentó reestructurar los pagos entre 2021 y 2022, y el actual gobierno incrementó en un 25% la deuda en un solo año. Los acreedores, el FMI y los grupos y fondos de inversión, saben que no van a cobrar, que es imposible, pero eso les permite condicionar la política argentina, someter a todos los gobiernos y apoderarse de los recursos del país, eso es lo que buscan.
Ni Trump ni EE.UU. están interesados en defender a Milei por afinidad ideológica, lo usan para asegurarse, 1) el dominio del Atlántico Sur, 2) frenar el ingreso de China en América del Sur su “patio trasero” y 3) dinamitar el Mercosur, debilitar a Brasil y con ello a los BRICS.
Nuevamente el mundo esta convulsionado por una crisis del sistema global, al poder unipolar y unilateral de EE.UU luego de la caída de la URSS, que según Fukuyama significaba el “Fin de la Historia”, en apenas 25 años le ha seguido una serie de terremotos políticos con la emergencia de Rusia, China e India como potencias industriales, tecnológicas y militares que incluso han desplazado a EE.UU en numerosos rubros. Asimismo el siglo XXI marca la declinación definitiva de Europa como centro de la política internacional. La decadencia que comenzó a fines de la primera guerra, se acentuó a partir de 1945 con la “Guerra Fría”, no pudo revertir la deslocalización de empresas y la crisis del “Estado de Bienestar” con la conformación de la Unión Europea y el gobierno de Bruselas, se muestra hoy con toda nitidez en su obediencia ciega a la OTAN, el fracaso con Ucrania donde todo su poderío militar no puede detener una fuerza militar en la que Putin ni se molestó en usar su poderío militar moderno o sus propias Fuerzas Armadas.
El pueblo argentino vuelve a estar sumido en la pobreza, mas de un 40% en ella y un 15% en la miseria, consideremos que hablamos de 19 millones de compatriotas y 7 millones respectivamente, el 60% de los menores de 30 años son pobres y la desocupación en esa franja supera el 30%. en muchos casos hablamos de una tercera generación de argentinos que nunca tuvo un trabajo registrado en forma regular.
La educación y la salud afrontan crisis terminales, miles de chicos salen de los ciclos primario y secundario sin saber leer y escribir correctamente, comprender lo que leen y en muchos casos hacerse comprender cuando hablan, se elimina la repetición “porque hoy en día la lucha es por mantenerlos en la escuela para que no vayan a la calle” repiten los maestros, la obligatoriedad de la escolaridad primaria y secundaria es una ficción y hay dirigentes políticos que plantean su eliminación, con el fin que sean impartidos los conocimientos por sus padres o por internet en algunos casos o bien “vayan a trabajar en las cosechas” como reclama el diputado “republicano” De Angeli o el “libertario” salteño Olmedo.
La prensa ha sido reemplazadas por poderosos monopolios mediáticos que manejan la radio, la TV y las redes, Google hace años que solo sube noticias del grupo Clarín-La Nación o medios globales, según los gobiernos se sometan mas o menos ocultan todo lo que pueda perjudicarlos o nos bombardean con noticias, nada dura mas de horas en “primera plana”, los periodistas o locutores profesionales han sido reemplazados por “noteros”, modelos publicitarias, o “influencers” y se fabrican notoriedades o se destruyen prestigios sin miramientos.
Como vemos, si pensamos en la sociedad que vio el golpe de junio de 1943, la aparición del General Perón y el 17 de octubre de 1945 tienen muchas características compartidas, mas allá de diferencias de “forma” hasta el Departamento de Estado yanqui se permite enviar un, supuesto, futuro embajador que declara que “va a hablar con los gobernadores y legisladores para que apoyen y no obstruyan nada que afecte los intereses de EE.UU” y ha reinstalado su Cuarta Flota en el Atlántico Sur. Hoy la reflexión de muchos compatriotas es “Estamos solos, ¿Podrá aparecer otro Perón?.
El ejército nacional ha sido desarmado ideológicamente e instrumentalmente, primero la dictadura genocida entre 1976-1983 y luego el alfonsinismo, Menem y el progresismo “peronista” lo han vaciado de poder y de patriotismo bajo un supuesto “profesionalismo” , ahí no vamos a encontrar una nueva síntesis nacional, no existe una burguesía que, al menos, defienda sus intereses frente a la voracidad externa, será el pueblo llano, los trabajadores y el pobrerío, de donde salga la respuesta al dilema del Martín Fierro:
“Tiene el gaucho que aguantar
hasta que lo trague el hoyo
o hasta que venga algún criollo
en esta tierra a mandar”

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