UN ESTADO NACIONAL AUSENTE EN EL MUNDO DEL TRABAJO ¿VIVA LA LIBERTAD LABORAL?

La hoy Secretaría de Trabajo, Empleo y Seguridad Social – actualmente dependiente del Ministerio de Capital Humano- cumple una tarea clave en la mediación entre el Capital y el Trabajo. Es una función que históricamente ha ejercido el Poder Ejecutivo Nacional y que hace unos 80 años viene profundizando y profesionalizando su funcionamiento. Veamos brevemente su historia.

En 1907 se crea el Departamento Nacional del Trabajo, bajo el Ministerio del Interior, como un órgano consultivo y estadístico para estudiar los problemas del mundo del trabajo. Con la función de recolectar datos y mediar en conflictos laborales, ante el avance del movimiento obrero, el Estado comienza a intervenir más activamente en estas cuestiones.

En 1943, se transforma en Secretaría de Trabajo y Previsión, para en 1949, pasar a ser elevado a Ministerio de Trabajo y Previsión. Se producen una serie de transformaciones laborales, incorporando a la agenda cuestiones tales como las Jubilaciones y Pensiones, Derechos Sindicales, el Aguinaldo, el Estatuto del Peón Rural, entre otras.

Desde ese entonces hasta la actualidad, se establece el Ministerio de Trabajo como el actor principal para mediar y armonizar la interacción entre el Capital y el Trabajo. Se fortalecen las relaciones con las organizaciones obreras y cámaras empresarias y se van incorporando cuestiones más recientes, tales como la intervención del Estado en materia de empleabilidad de las personas.

Es importante destacar que este proceso de avance en las competencias de nuestro organismo, continuo y cada vez más profundo y profesional, sólo se vio interrumpido durante la última dictadura cívico –militar. 

Características de sus trabajadores y trabajadoras

La Secretaría hoy atiende múltiples cuestiones, complejas y diversificadas, que son parte de la vida laboral de todos los argentinos y que abordaremos más adelante. Para ello, cuenta con una eficiente y dedicada dotación que posee con sobrada capacitación para llevar a cabo sus funciones. Es importante hacer algunas consideraciones al respecto, especialmente en un contexto donde se hace una constante crítica a los trabajadores públicos.

A fines del 2024, el Estado Nacional puso en duda las capacidades de los agentes contratados. Para ello, estableció un sistema de evaluación de competencias transversales. El porcentaje aprobación en nuestro organismo rondó el 98%. Esto demostró, una vez más, que la competencia no es un problema que tengan nuestros compañeros, ni la APN en general (tuvo un porcentaje similar).

En este mismo sentido, es imprescindible agregar otra cuestión. Trabajo es un organismo con un saber técnico específico y sus trabajadores están a la altura: el 50% de ellos tiene formación terciaria y/o universitaria atinente a sus funciones. Esto, sin lugar a dudas habla de la profesionalización de los agentes que día a día se desempeñan en esta Secretaría.

Desde diciembre de 2023, a causa de la no renovación de contratos, despidos y renuncias, se ha visto reducida la planta de nuestro organismo. Esto significa la pérdida de saberes, de muchos años de servicio, que impactan directa y negativamente en la capacidad de respuesta del Estado a sus conciudadanos.

A esta situación, se agrega la constante amenaza de la llegada de la motosierra con la pérdida, no sólo de áreas, sino también de funciones. ¿Qué tareas realiza esta Secretaría? ¿Qué sucedería si deja de existir? Veamos a grandes rasgos:

Desregulación del mercado laboral

¿Qué hace hoy? 

La Secretaría dicta normas laborales, supervisa su cumplimiento y actúa como autoridad de aplicación de la Ley de Contrato de Trabajo.

¿Qué pasaría?

 Se perdería la capacidad institucional de fiscalizar abusos laborales (trabajo no registrado, sueldos por debajo del mínimo, malas condiciones laborales).

 Aumentarían los conflictos laborales sin resolver por falta de mediación y conciliación.

 Los empleadores podrían actuar con mayor discrecionalidad, incrementándose la precarización y los riesgos laborales.

Desaparición de políticas de empleo y formación

¿Qué hace hoy?

Implementa programas de Empleo con el fin de capacitar a los trabajadores desocupados, teniendo en cuenta la demanda del mercado laboral, como así también mediar y asistir a las personas que buscan construir o reformular su perfil laboral para así insertarse.

¿Qué pasaría?

 Se perderían herramientas para incluir a poblaciones vulnerables.

 La reconversión laboral se tornaría imposible o perdería sustento frente a cambios tecnológicos o situaciones de crisis.

 Se frenaría el monitoreo del mercado laboral (observatorios, estadísticas, diagnósticos).

 No habría una política de formación que acerque los saberes demandados y los ofertados en el mercado de trabajo.

 Habría un retroceso en materia de intermediación laboral, dejando el espacio sólo a actores privados, quienes orientan sus acciones sólo a perfiles de pronta reinserción, quedando al margen las poblaciones vulnerables o con peores condiciones de empleabilidad. 

Aumento del trabajo informal

¿Qué hace hoy?

Coordina con ARCA (AFIP) y otros organismos la inspección laboral y combate al trabajo no registrado (en negro).

¿Qué pasaría?

 Sin fiscalización efectiva, se dispararía el empleo informal.

 Las PyMEs y empleadores informales operarían sin incentivos para regularizar.

 Caería la recaudación, ante la no ejecución de las multas.

 Además, con el aumento de trabajadores no registrados caería proporcionalmente los aportantes a la seguridad social, lo que significaría que se resentiría –aún más- el sistema de jubilaciones y pensiones. Todo esto, profundizado por un contexto de falta de políticas económicas que estimulen la producción y el crecimiento.

Colapso en la resolución de conflictos laborales

¿Qué hace hoy?

Es sede de la Conciliación Obligatoria, audiencias sindicales, registro de gremios, paritarias y convenios colectivos.

¿Qué pasaría?

 No habría mediación institucional entre empresas y sindicatos.

 Se judicializarían conflictos, demorando soluciones.

 El sistema de paritarias perdería formalidad y transparencia. 

Crisis sindical y de representación

¿Qué hace hoy?

 Regula, fiscaliza y registra a gremios y asociaciones profesionales.

 Garantiza el ejercicio del derecho a huelga y la libertad sindical.

¿Qué pasaría?
 Se abriría la puerta a conflictos entre sindicatos por representatividad.

 Posible avance de sindicatos no reconocidos o sin estructura.

 Menor capacidad de representación de los trabajadores ante empleadores o el Estado, debilitando el equilibrio de intereses entre el capital y el trabajo.

Ausencia de información oficial del empleo

¿Qué hace hoy?

Produce estadísticas como:

 Encuestas de Indicadores Laborales (EIL)

 Datos sobre empleo registrado

 Boletines del mercado de trabajo.

¿Qué pasaría?

 El Estado perdería su capacidad de medir el empleo formal, informal y precarizado.

 Las políticas públicas perdería tanto eficacia como eficiencia. La información es un insumo clave a la hora de poder diseñar políticas públicas que den una respuesta adecuada a la problemática que la originó. 

En definitiva, si el Estado se retira de sus funciones actuales en materia de trabajo y empleo sólo habría un impacto negativo en múltiples facetas de la vida de todos los argentinos. Aunque algunos de sus programas o funciones puedan trasladarse a otras áreas, sin una autoridad central y especializada, los derechos laborales, el empleo formal y la negociación colectiva entrarían en una fase de debilitamiento estructural. En ese sentido, sin una presencia estatal que las regule, las relaciones laborales quedarían reducidas en un mero acuerdo entre privados, con una enorme disparidad de poder de negociación entre las partes actuantes. Esto, en materia de derechos nos retrotraería a principios de siglo pasado, además de alejarnos de los consensos y organismos internacionales que rigen la materia.

Que no te engañen: la tan mentada libertad, sólo será buena para unos pocos vivos. La retirada del Estado sobre el mercado de trabajo, y sobre cualquier otra área de la vida social, es perjudicial para la inmensa mayoría del pueblo trabajador argentino.

Sin Estado no hay Nación. Sin Trabajadores no hay Estado. 

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