Vuelta a clases: necesarias, pero con cuidados

por Fernando A. Barrera

Uno de los puntos cruciales que estaban esperando los porteños respecto al levantamiento de las restricciones impuestas en 2020 por la pandemia de coronavirus, era el regreso a las aulas por parte de los alumnos en edad escolar. A fines de febrero comenzó el ciclo lectivo y paulatinamente los jóvenes van retomando la educación presencial.

Este regreso debe estar marcado por el respeto por parte de la comunidad educativa, sostenido a lo largo del tiempo, de los protocolos correspondientes para así tratar de evitar al máximo la circulación del virus. Entendiendo la presencialidad como una característica fundamental en la calidad del aprendizaje, la importancia que tiene en la sociabilización de los menores y su bienestar emocional, hay que aprender a interactuar en las instituciones de la educación bajo las nuevas metodologías de cuidados y prevención sanitarias, para no tener que interrumpir nuevamente la asistencia a las escuelas.

Las autoridades deben prever acondicionar las instalaciones de las instituciones educativas públicas y debe velar por que las instituciones privadas cumplan con los protocolos de seguridad y sanitarios correspondientes que prevengan la posibilidad de contagios. También se debe incorporar a los trabajadores de la educación dentro del plan de vacunación como personal esencial y garantizar condiciones laborales adecuadas a esta nueva normalidad.

Si bien la presencialidad es y debe ser el vector del sistema, ello no quiere decir que la virtualidad deja de existir. Esa es una herramienta que los alumnos y docentes pueden manejar a la perfección, acorde a los tiempos tecnológicos que se viven y utilizarla en casos que amerite. Para que ello suceda, las autoridades tienen que trabajar en la mejora del acceso familiar a computadores, equipamiento y garantizar una conectividad a precios accesibles y de calidad.

En tanto, que los estudiantes retomen su rutina en el colegio permite a sus padres poder volver a organizar una logística familiar y laboral en base a los horarios de actividades de cada uno, y ellos también recuperen la presencialidad en sus empleos. Es por esto, que este regreso a las clases la tenemos que implementar con responsabilidad entre todos.

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