El sindicalismo sigue de pie

Por Gustavo Terzaga*

El sindicalismo sigue de pie. A 56 años del Cordobazo, ese alzamiento obrero/estudiantil que desbordó los márgenes y cambió el rumbo de la historia política nacional, el clima de época actual se ensombrece y nos devuelve un espejo incómodo.

En medio del vendaval económico, social y político que sacude a la Argentina, algo resiste, se planta y se expresa con claridad: el movimiento sindical. Mientras el gobierno nacional aplica un modelo de ajuste brutal, traslada el costo de la crisis a los sectores más vulnerables y degrada lo público con la lógica del desguace, en Córdoba -provincia con ADN de lucha obrera- los gremios sostienen con su cuerpo la defensa de los intereses vitales del colectivo trabajador.

Empleados judiciales realizaron paros de 72 horas reclamando una equiparación salarial con la Justicia Federal que hace años les corresponde. El SUOEM tomó las calles de la ciudad y realizó un abrazo simbólico al Palacio Municipal 9 de julio, exigiendo condiciones salariales dignas. En paralelo, trabajadores y trabajadoras de la salud preparan marchas masivas para denunciar despidos y precarización. Los jubilados, cada miércoles, marchan al centro de la ciudad capital pidiendo aumentos acordes a una inflación devastadora. Los obreros de FAdeA se declararon en paro, reclamando condiciones laborales dignas en una empresa estratégica. Y en Río Cuarto, se multiplican las manifestaciones en defensa de las personas con discapacidad, cuyos prestadores cobran con cuatro meses de atraso. Todos los gremios de todos los rubros están en alerta, movilizando, luchando, porque el castigo es transversal y no esquiva a nadie.

Esta enumeración de conflictos no es una mera cronología de protestas, sino el mapa vivo de una resistencia fragmentada pero persistente. El sindicalismo, aún con contradicciones y muchas limitaciones, es hoy el principal sostén del drama económico, social y laboral que atraviesa al país. Es el único actor capaz de contener y pelear para ponerle freno al atropello neoliberal-libertario desde una lógica colectiva.

Lo más grave de esta crisis no es solo la destrucción de derechos y que no alcance el mango para morfar, sino el intento de vaciamiento cultural que la acompaña. Existe una percepción equivocada, falsa, deliberadamente instalada en la psiquis colectiva, que moldea el «clima de época» y condiciona la acción política del campo popular. Hoy, el sentido común dominante en amplios sectores sociales traduce el desastre económico en términos de “castigo merecido”. Se lo adjudica a “los planeros”, a los sindicatos “mafiosos y clientelares”, a los jubilados que “no aportaron”, a los estatales “ñoquis”, al «Estado elefantiásico» o al kirchnerismo, ya fuera del poder, pero presentado como el culpable eterno de todos los males.

Ese relato no sólo es simplista, es eficaz. Exonera a los verdaderos responsables del saqueo, corre el eje del señalamiento y, en el interín, naturaliza la transferencia de ingresos hacia los sectores concentrados y transforma los derechos populares en privilegios inadmisibles. No surge de la nada. Es el producto de una pedagogía social neoliberal inversa, sostenida durante años por grandes medios, editorialistas, comunicadores y escribas del poder económico. Esa pedagogía logró que los privilegios de las elites se perciban como derechos adquiridos, y los derechos de los de abajo como un gasto a eliminar.

Por eso, una de las principales tareas políticas del presente es disputar el sentido. Desmontar esa falsa moral de época con una contra-pedagogía clara, aguda, sin complacencias, nacional.

Todos los sectores están siendo víctimas del ajuste, aunque aún no lo reconozcan políticamente, si se quiere. La pedagogía política debe partir de lo concreto: del sueldo que no alcanza, del drama del hospital que no atiende, del trabajo que se pierde, del alquiler impagable, del tarifazo cotidiano. Solo desde ahí es posible desmontar la idea de que el problema son los de abajo y evitar la lógica de la grieta que enfrenta argentinos contra argentinos para quebrar el valor estratégico de la solidaridad. Y construir una verdad distinta, que la única salida será colectiva, de base, organizada, solidaria.

El Cordobazo no fue sólo una gesta obrera, fue el resultado de un momento histórico en el que el pueblo no encontró cauce institucional para expresar su descontento. Hoy no hay un estallido, pero sí hay malestar, indignidad, precariedad, rabia contenida, incertidumbre y mucha desorientación. La pregunta no es si habrá una nueva irrupción popular, sino quién conducirá esa energía. Porque si la política no lo hace, lo hará el caos. Y, a río revuelto, ya sabemos quién gana.

Y aquí emerge, como una sombra pesada sobre todo el drama nacional, la ausencia de una conducción nacional clara, lúcida, estable con la realidad, y decidida. La vieja rosca palaciega y de pasillos de institutos, que alguna vez articuló intereses para gobernar, hoy se volvió una rueda de hámster: gira y gira sobre sí misma, pero no va a ninguna parte.

El peronismo, Cristina como presidenta del PJ nacional, haría bien en advertir que su conducta actual no es neutral, sino que termina facilitando el avance del despojo nacional. No estamos ante una situación que reclame discursos ilustrados o debates académicos, sino ante la necesidad urgente de que el peronismo vuelva a encarnar con firmeza la representación concreta de la clase trabajadora, que históricamente constituyó su columna vertebral. Aunque de la mano de CFK, eso jamás va a ocurrir.

Mientras los de abajo se organizan para no caer, los dirigentes de arriba se entretienen en internas perjudiciales, en debates de cartel, condicionamientos y reparto de ruinas. El internismo se volvió un sustituto melancólico y dañino de la estrategia. La disputa de cargos reemplazó la batalla de ideas, la calle política y el puente con las grandes mayorías populares. Es la tragedia de una dirigencia que, en vez de estar a la altura del pueblo que sufre y aguanta, sigue buscando en el espejo el rostro perdido del poder.

Por eso, frente al silencio cómplice de muchos dirigentes, el sindicalismo aparece como una brújula. Aún golpeado, sigue en pie. Aún disperso y debilitado, sostiene lo que queda. Si alguna esperanza política queda en este momento oscuro, vendrá de su mano, porque allí donde se organiza el trabajo, se organiza también la dignidad. Y donde hay dignidad organizada, hay materia prima para construir futuro.

* Presidente de la Comisión de Desarrollo Cultural e Histórico ARTURO JAURETCHE de la Ciudad de Río Cuarto, Córdoba

¿Cómo pudimos llegar a esta situación? Parte 7

Por Omar Auton

Organizaciones libres del pueblo y CGT (parte II)

   En el capítulo anterior llegamos hasta la retirada de la dictadura y el regreso de la democracia, y hablo de “retirada” porque en esta oportunidad la dictadura criminal, en sus siete años de duración había logrado producir cambios tan profundos en la sociedad argentina que hasta Martínez de Hoz, ante la victoria, inesperada, de Raúl Alfonsín en las elecciones de Octubre de 1983, se permitió afirmar que esto había ocurrido “Gracias al éxito del Proceso de Reorganización Nacional”.

   Hasta 1976 la República Argentina era un país con un poderoso sector industrial, que aportaba el 33% del PBI, era moderno, es falso cuando aún se sostiene que lo que había hecho una crisis era la economía de sustitución de importaciones, el país no solo había reemplazado manufacturas externas sino que había desarrollado sectores de alto contenido tecnológico y exportaba no sólo productos primarios o agroindustria sino productos industriales.

   Ello tenía como contrapartida un mercado interno, pequeño pero importante, y una gran clase media, en términos de poder adquisitivo, fruto de un sindicalismo muy fuerte, altas tasas de afiliación y muy dinámico. No había trabajo precario o era mínimo, la pobreza no superaba el 5% de la población, la desocupación era del 4%, más allá de la crisis política del gobierno de Isabel, la economía nacional no afrontaba problemas estructurales.

   La dictadura fue, con Martínez de Hoz a la cabeza, quién vino a cambiar de cuajo el modelo de matriz industrial y con ella surge el modelo de capitalismo financiero que había comenzado a crecer a partir de la crisis del petróleo de 1974, en todo el mundo.

   La apertura indiscriminada de importaciones industriales que ingresaba libre de impuestos y muchas veces a precio de “dumping” ya que tenían subsidios directos o indirectos en sus países, llevó a la quiebra a las pequeñas y medianas empresas locales, que no tenían beneficios impositivos ni subsidios. Asimismo muchas empresas grandes o transnacionales se fueron del país ya que les convenía dejar su franquicia a algunos empresarios locales que echaron a sus empleados, vendieron las máquinas y convirtieron los galpones en acopiadores de importaciones, así nace, por ejemplo Sevel con la franquicia de Fiat y Peugeot.

   Miles de trabajadores son despedidos o pierden su empleo ante el cierre de sus empleadores, nacen los remises, las agencias de PRODE, los tallercitos de barrio, el empleo informal o “en negro” comienza a crecer aceleradamente, cae el empleo formal y la afiliación sindical y crece la pobreza que en 1983 ya era del 30% y el endeudamiento externo que pasa de 8.000 millones en 1976 a 45.000 millones en 1983.

   El sindicalismo no sólo se encontró con ese fenómeno sino con sus organizaciones saqueadas y quebradas por las intervenciones militares, que continuaron varios meses en democracia hasta que aparecieron las Comisiones Normalizadoras,  muchos de sus dirigentes seguían presos y se había perdido una generación entera de militantes y activistas entre muertos, desaparecidos, despedidos y muchos que habían abandonado la actividad en los años de plomo.

   Muchos hablaban de la necesidad una “renovación dirigencial”, como si un auténtico dirigente saliera de un huevo o de una cátedra universitaria, un trabajador necesita dos o tres años desde su ingreso para conocer la actividad y ganarse el respaldo de sus compañeros para ser electo delegado, luego cuatro o cinco para llegar a la comisión directiva y comenzar un nuevo proceso de aprendizaje, hasta ahí conocía cómo era la vida laboral en una fábrica, comercio u oficina, ahora tiene que conocer cómo es esa actividad en todo el país, antes hablaba con un empresario, ahora con la cámara de la actividad del país, es un verdadero “cursus honorem”, un aprendizaje empírico que no puede ser reemplazado.

   Hacía casi ocho años que no solo no había nuevas generaciones incorporadas al trabajo sino que las viejas perdían sus empleos, el terror aún anidaba en el alma de las familias argentinas, si un joven hablaba de meterse en el sindicato o en política recibía el cuestionamiento de todos sus familiares y amigos “Dejate de joder, no viste los que les pasó a los que se metieron” y ni hablar si lo hacía quién ya había vivido la experiencia de la represión o el despido.

   A mediados de los 90, me tocó escucharlo de una compañera, había convocado a una jornada de formación, desde mi secretaria en el sindicato, y una joven, Licenciada en Ciencias políticas, ingresando al predio, me dijo “Omar te cuento que yo no dije en mi casa que venía a una actividad sindical, para que no se asusten” y esto provenía de una profesional universitaria y a más de diez años de finalizada la dictadura.

   Es necesario reconocer esta realidad para comprender el cambio que se produjo en el sindicalismo, si bien en 1983 el Justicialismo elige sus autoridades luego de la proscripción y en ellas estaban compañeros como Lorenzo Miguel, Carmelo Amerise o Herminio Iglesias que provenían del sindicalismo y habían sido presos o enfrentado a la dictadura, y en las listas para el parlamento había un tercio de candidatos provenientes del movimiento obrero (35 se incorporaron al Congreso Nacional) la derrota a manos de Alfonsín los transformó en culpables de la derrota.

    Pese a sus notorios vínculos con los militares durante los siete años del autodenominado Proceso de Reorganización Nacional y que su partido fue socio, con intendentes, asesores y funcionarios, lanzó como eje de su campaña que había un “Pacto militar-sindical” y transformó al sindicalismo en el enemigo a vencer si se quería alcanzar la democracia.

   Los sectores políticos del Justicialismo que, salvo honrosas excepciones, habían permanecido “bajo la cama”, rápidamente culparon a la “burocracia sindical” de la derrota electoral y crearon el anatema de “Mariscales de la Derrota” hacia el sindicalismo, pivoteando en Herminio Iglesias, por la derrota en la provincia de Buenos Aires y en Lorenzo Miguel como jefe de las 62 Organizaciones.

   Si bien en la autodenominada “Renovación Peronista” militaban compañeros como Antonio Cafiero o Carlos Menem (hasta ese momento era impensable su giro posterior) que habían sufrido cárcel durante la dictadura, también aparecían paradójicamente representando al sindicalismo dirigentes como Triacca y Baldassini que habían sido figuras principales del “participacionismo” con los militares.

   A poco de asumir el gobierno Alfonsín junto a notorios gorilas y que exhibían un odio visceral hacia el sindicalismo como Germán López, Roque Carranza (uno de los responsables del ataque terrorista con bombas a un acto del peronismo en Plaza de mayo el 15 de abril de 1953 que dejó seis muertos y varios heridos) y  Antonio Mucci un ex dirigente socialista de los 32 Gremios Democráticos (expresión antiperonista opositora a las 62 Organizaciones) eligió como enemigo al movimiento obrero, una semana después de asumir envía al Congreso, un proyecto de Ley de Reordenamiento Sindical que iba contra el corazón del modelo sindical al imponer el acceso de las minorías a la conducción del gremio (Hasta ese momento la conformación de los órganos de conducción se establecía en los estatutos de cada organización), eliminar la antigüedad mínima de tres años para ser candidato, reducía el mandato a tres años y permitía solamente una reelección, desde allí hasta hoy día siguen insistiendo con la misma obsesión, revelando su profundo odio antipopular.

   En enero de 1984 se unificó la CGT con cuatro secretarios generales, dos por el sector de la CGT Brasil (Ubaldini y Borda) y dos por el lado del sector “participacionista” (Triacca y Baldassini), la respuesta del gobierno fue la intervención, en el mes de marzo, de Foetra (telefónicos), Federación del papel y SUPE (petroleros).

   El proyecto oficial fue aprobado en Diputados pese a las movilizaciones sindicales frente al Congreso pero en el Senado fue derrotado por 2 votos (uno del Movimiento Popular Neuquino y otro del MID formoseño), la ceguera y el sesgo fuertemente antisindical y antiperonista del gobierno lo llevaron a su primera derrota parlamentaria a menos de tres meses de haber asumido.

   Mucho podríamos hablar de esos años, de los 13 paros generales “injustificados”, pese al fracaso del Plan Austral, del cambio de moneda, del Plan Primavera, de la hiperinflación, del aumento de la pobreza, de los saqueos, de la estrepitosa caída de la autoridad presidencial, pero quiero detenerme en un aspecto que va a marcar las próximas décadas.

   El peronismo tardó mucho en recuperar cierta organicidad, en ser un verdadero partido de oposición, golpeado por la derrota del 1983, fracturado entre ortodoxos y renovadores, y, fundamentalmente en un giro interno en su definición ideológica que es el que se consolida en los 90 con Menem, dejó a la CGT como única expresión de oposición al gobierno, en principio porque el gobierno lo eligió como enemigo a destruir, como ya vimos, querían vengar una supuesta complicidad con los militares en el golpe contra Illia, ocultando la ilegitimidad intrínseca de ese gobierno, electo por la proscripción de Perón y el peronismo, luego porque desde 1985 comenzó una crisis económica (en ese año Alfonsín anuncia una “Economía de Guerra”) que agudizó la caída salarial, la pobreza, la pérdida de empleos y el mantenimiento de la suspensión de las discusiones paritarias que había establecido la dictadura, lo que provocó un auge de la conflictividad sindical.

   El sindicalismo argentino desde 1945 no se concibió como un grupo de presión o de interés sectorial, convencido de aquello que “nadie se realiza en un país que no se realiza” comprendió rápidamente que el destino de los trabajadores estaba atado al modelo de país, año tras año fue viendo como el crecimiento económico, el aumento de la producción, en un modelo peronista significaba  mayor inclusión social, acceso a la educación, la salud, la calidad de vida en general, sin dejar de ser trabajadores, desde un punto de vista de la forma de vida y expectativas de futuro se percibe como clase media, ya no por ser los hijos privilegiados de “M´hijo el Dotor” de Florencio Sánchez, sino porque el trabajo le permitía alcanzar un nivel de vida que antes de 1945 estaba limitado a un sector pequeño de las grandes ciudades de la Argentina oligárquica.

Convencidos también que sólo se concebía una clase de argentinos “los que trabajan”, el almacenero, el verdulero, el dueño de un bazar, la modista, el pequeño y mediano empresario que concurría todos los días a su empresa y conocía al dedillo las máquinas que se usaban, eran trabajadores y el movimiento obrero organizado debía asumir su defensa igual que la del asalariado.

   Por ende, hacía suyos los reclamos por acceso al crédito, protección arancelaria, defensa ante la competencia externa, impulso a exportar y ganar mercados, diversificación de la producción y aumento de la industrialización local de los productos primarios, para incrementar su valor agregado. Cuando los gobiernos se desentendían de esto o, por improvisación o mala fe, avanzaban contra esto, la CGT asumía su defensa, desde los programas de La Falda y Huerta Grande hasta los 26 puntos de la CGT en 1985 o la “Agenda para un nuevo Contrato Social” del 2024, tienen este contenido.

    Sin embargo a partir de 1986 comenzó a abrirse una grieta entre el movimiento sindical y las estructuras políticas del peronismo, el giro “modernizador” de la renovación afirmaba que los sindicalistas eran “mal vistos” por la sociedad, que los sectores medios rechazaban a “los morochos con campera de cuero” y que había que olvidarse del 30% de candidatos en las listas, si en 1983 ingresaron 35 dirigentes al Congreso hoy en día pueden contarse con los dedos de una mano y todos ellos llegaron por cercanía a alguna fracción partidaria no por representación orgánica del movimiento obrero.

   Esto coincidió con cierto rechazo a la alta exposición que producía ser la contracara de un gobierno, los sectores más tradicionales del sindicalismo le cuestionaron a Saúl Ubaldini el rol que había asumido la CGT, y si bien no se llegó a la fractura la distancia era visible. Surgió el concepto de “tenemos que replegarnos a los sectores y defender nuestros espacios naturales” dicho en criollo, “dejemos la política a los políticos y cuidemos nuestras quintas”, esto se enmarcaba, además, en un fuerte avance neoliberal que desde los sectores del capital concentrado presionaba por reformas laborales, limitar el derecho de huelga, apertura económica, privatización de empresas del Estado, reducción de “costos laborales”, etc. Lo que no se advirtió fue que la representación política del peronismo era cada vez más permeable a estos reclamos, bajo la consigna “El mundo ha cambiado, nosotros tenemos que cambiar”, las camperas de cuero en el parlamento comenzaron a ser reemplazadas por trajes de Armani o Hugo Boss, corbatas de seda y Perón por Toffler o Peter Drucker.

   El sindicalismo advirtió que se quedaba solo, la mayor parte del empresariado industrial local había cerrado, luchaba a duras penas por sobrevivir o vendía sus empresas, los comercios se llenaban de productos importados e incluso muchos sectores medios, hijos de trabajadores que habían llegado a ser profesionales gracias al país próspero del peronismo marchaban deslumbrados por el vellocino de oro del “Fin de la historia”.

   Al mirar a su alrededor veían caer el número de afiliados por todo lo expuesto con anterioridad, las obras sociales comenzaban a ser deficitarias ante la caída de aportantes y del valor del salario, comenzó una lucha por apropiarse de sectores de otras actividades (Smata vs UOM, Camioneros vs Comercio) o donde había más de un gremio en la misma actividad por “sacarle” afiliados al otro (UPCN vs ATE), el país se achicaba en el lecho de Procusto del neoliberalismo que se extendía por el planeta luego de la caída de la URSS, se achicaba la actividad económica, crecía el trabajo precario, el salario era la variable de ajuste de todos los planes de estabilización, la dirigencia peronista parecía haber olvidado la doctrina o la había tirado al desván de los recuerdos y la dirigencia política, en general comenzaba a constituirse en una “casta” endogámica, la política misma dejaba de ser un instrumento para el bien común y se transformaba en una “caja” desde donde comprar voluntades y lealtades, generar negocios, muchas veces millonarios, el clientelismo y el comercio de adhesiones se extendía a los referentes y agrupaciones.

    El menemismo fue todo esto llevado al paroxismo, si bien hay que reconocer que Menem logró recuperar la autoridad presidencial e intentó transitar, al comienzo de su primer gobierno, un camino menos salvaje, ante el fracaso del plan de Bunge y Born, la corrida bancaria de 1990, y el rebrote inflacionario, convocó a Domingo Cavallo, aceptó las recetas del Banco Mundial y con la Convertibilidad logró una estabilidad que aún al costo de mayor desindustrialización, aumento de la desocupación (en 1999 llegó casi al 20%) y la pobreza y un plan de privatizaciones que desguazó las empresas estatales, las vendió o cerró directamente, además de alta corrupción que enriqueció a funcionarios y a los “liquidadores” de esas empresas, permitió una estabilidad monetaria que duró una década.

    En este período el movimiento obrero se dividió, apareciendo tres sectores de los clásicos y un nuevo fenómeno:

1)Los gremios industriales (Smata, UOM, Textiles, Azucareros) que se opusieron al gobierno desde un principio.

2)Los gremios de servicios (Sanidad, Comercio, Gastronómicos, Seguros, Bancarios) que crecieron ante el auge de esta actividad y apoyaron al gobierno o permanecieron al margen de los conflictos.

3)Los gremios estatales, que no fueron afectados por el desguace (UPCN, Pecifa; Apinta, Aefip) que apoyaron al gobierno o fueron neutrales, los de empresas (Luz y Fuerza, Unión Ferroviaria, Foetra, Aeronáuticos, Petroleros) que acompañaron las privatizaciones y se incorporaron a los Programas de Propiedad Participada (PPP) o trataron infructuosamente de evitarlas

   El nuevo sector que emerge en los 90 es el de las organizaciones de trabajadores despedidos o precarizados que empiezan a manifestarse, en muchos casos con apoyos de las poblaciones más afectadas por las privatizaciones, especialmente del petróleo y los ferrocarriles, se autodenominaron “Piqueteros” y fueron el germen de los movimientos sociales que crecieron a partir del 2001.

    Paralelamente algunos gremios (ATE, Docentes, y agrupaciones disidentes de gremios de la CGT) conformaron la CTA (Central de los Trabajadores Argentinos) de escaso peso cuantitativo dentro del movimiento obrero o que nunca habían querido ser parte de la CGT como los docentes.

   No obstante estas diferencias a los que siguen diciendo “A Menem no le hicieron paros generales” les recuerdo que se hicieron 8, cuatro en el primer gobierno y cuatro en el segundo.

   El siglo XXI nos halló a todos en medio de un estallido social que expresaba la crisis profunda del sistema democrático tal como fue recuperado, el cántico “Que se vayan todos” fue un aviso, en términos de lucha callejera, del hartazgo, la desilusión, la bronca del pueblo en su conjunto frente a una democracia que no había cumplido la promesa que con ella “se curaba, se comía y se educaba” el sindicalismo, se debía un debate profundo acerca de esos años. 

Fuentes Seguras. Estados Unidos, China y la verdad sobre la “guerra inevitable”

Después de los alardes habituales, se sentaron a negociar y establecieron reglas de juego en materia de aranceles y protección

Por Gabriel Fernández *

Los Estados Unidos y China atenuaron su esgrima comercial y acordaron una reducción del 115 por ciento a los aranceles que se habían impuesto mutuamente; en sintonía, establecieron un mecanismo de consultas bilaterales para futuras crisis. La medida, anunciada tras dos días de reuniones en Ginebra abrió el juego a lo que las autoridades de ambos países llamaron reparación de una “relación atrofiada” por las disputas económicas.

La verdadera dimensión del litigio fue informado en estas páginas a través de la saga Fuentes Seguras. Mientras tantos medios anunciaban una guerra inevitable, por aquí se indicó que la búsqueda trumpiana de la re industrialización coincidía con la filosofía del coloso asiático acerca de la resolución de los contrastes en base al diálogo y la cooperación. Se informó que ambos factores estaban sostenidos por razones prácticas bien profundas.

Estas gestiones, que contaron con la mediación directa de Suiza, fomentaron un giro drástico en la información pública sobre la presunta hecatombe promovida por el presidente Donald Trump. En base al nuevo diseño, que se aplicará durante un período inicial de 90 días, los Estados Unidos reducirán sus gravámenes a los productos chinos desde un 145 por ciento a un 30 por ciento, y China hará lo propio con los bienes estadounidenses, reduciéndolos desde 125 puntos porcentuales a solo 10.

“Logramos un reseteo total con China tras conversaciones productivas en Ginebra”, declaró Trump desde la Casa Blanca horas atrás. El presidente estadounidense añadió que la relación con su par chino, Xi Jinping, es “muy, muy buena” y anticipó un futuro contacto telefónico entre ambos. En tanto, Scott Bessent, secretario del Tesoro norteño, dijo que el entendimiento evidencia que ninguno de los dos países busca un “desacoplamiento” comercial. “Con aranceles tan elevados, lo que existía era una especie de embargo, y nadie quiere eso”, sostuvo.

El descenso de los aranceles tiene por motivo facilitar futuras negociaciones que contemplen la reducción de las fricciones en la relación comercial, afirmó el titular del área económica de los Estados Unidos. El Ministerio de Comercio de China, por su parte, celebró los “avances sustanciales” logrados en las conversaciones y destacó que la reducción de aranceles beneficia al interés común global.

El pacto fue oficializado en un comunicado conjunto emitido tras las reuniones en Ginebra, donde se encontraron representantes de ambos gobiernos. El silencio europeo puede equipararse a un pataleo de quienes anhelan más conflictos. Los medios occidentales no logran explicar el giro de los acontecimientos.

Mientras tanto, la Reserva Federal que orientan las corporaciones sigue insistiendo que todo lo realizado por el gobierno de los Estados Unidos genera inflación y perjudica el desarrollo económico. Hasta hace unos días, lo acusaba de promover una eclosión contra China; ahora desliza que favorece a la potencia rival.

* Area Periodística Radio Gráfica / Director La Señal Medios / Sindical Federal

Fuentes Seguras. La defensa como estrategia 

Pensadores. Analizamos la doctrina pakistaní generada por Khalid Ahmed Kidwai, los primeros pasos del papa León XIV y la mirada de Pietro Parolín. Francisco, presente.

Por Gabriel Fernández *

Al abordar la situación registrada en Cachemira, es posible zambullirse en conceptualizaciones que, hasta ahora, resultaban lejanas y hasta sorprendentes. Así como en otras ediciones se presentó el razonar de estrategas significativos, ahora la búsqueda estará direccionada sobre el hombre que diseñó la filosofía defensiva de Pakistán para afrontar las notables complicaciones que ofrece la región. De tal modo, este periodista invita a adentrarse con razón y pasión en el original planteo del teniente general (no tan retirado) Khalid Ahmed Kidwai.

En el cierre, tras visualizar sus primeros pasos, realizamos un esbozo activo de León XIV. Sin dejar de lado el halo de tristeza que envuelve la cobertura presente pues da cuenta de una ausencia muy significativa, vamos a afrontar su decir inicial, las perspectivas trazadas y, en línea con los párrafos previos, el rol que empieza a jugar Pietro Parolin, eclesiástico, canonista y diplomático católico italiano, secretario de Estado de la Santa Sede desde el 15 de octubre de 2013. Es que allí también puede decirse que estamos ante un estratega.

Pero vamos por partes, sin prisa y sin ahorrar profundidades. Los planteos y definiciones explicitados en el tramo de las Fuentes que se avecina fueron extraídos de las exposiciones y textos de Kidwai y de su conferencia titulada «Cambios en la dinámica de poder y desafíos para Pakistán».

KHALID AHMED KIDWAI. Esto es esencial: Pakistán inició su programa nuclear como un modo de contrarrestar la superioridad convencional de la India, tras perder su territorio oriental en la guerra de 1971. Por eso, la política nuclear de Pakistán ha sido básicamente defensiva. A medida que la postura nuclear y convencional de la India se desplegó con el paso de los años, también lo hizo la respuesta pakistaní, con puntos de inflexión clave como las pruebas nucleares de 1998 y el desarrollo en la década de 1990 de una vigorosa infraestructura de lanzamiento nuclear, que incluía los sistemas de misiles Ghaznavi, Ghauri y Shaheen, en respuesta al desarrollo por parte de la India de las series de misiles estratégicos Prithvi y Agni.

A diferencia de la concepción declarada por la India de no ser el primero en usar armas nucleares, Pakistán decidió invertir los términos, dejando abierta la posibilidad de ser el primero en usar armas nucleares en determinadas circunstancias. Eso, claro, encendió las alarmas. Semejante criterio resultó una característica constante del país. Dado que el arsenal nuclear pakistaní sirve como elemento disuasorio contra la agresión convencional y las amenazas nucleares de la India, Islamabad considera apropiado mantener la opción del primer uso. Esto es importante para la seguridad del país, ya que la política india de no ser el primero en usar armas nucleares ha evidenciado contradicciones en los últimos años.

El principal estratega de esta doctrina nuclear defensiva es Khalid Ahmed Kidwai. Tras analizar a fondo el panorama, indicó que las armas nucleares de su nación, dado el desequilibrio estructural que padece ante India, deben ser instrumento de disuasión y no amenazas de aniquilación del adversario con un primer ataque contundente. En esa dirección, Pakistán ha mantenido sus armas en estado desacoplado, es decir, la ojiva está separada del vehículo de lanzamiento, con un estricto sistema de mando y control centralizado. Tras la primera prueba de vuelo exitosa en 2011 del Nasr, (conocido como Hatf-9), un misil balístico táctico de combustible sólido con un alcance de 60 kilómetros, surgieron temores ante posibles desafíos de mando y control asociados con su despliegue. No obstante, Kidwai sostuvo su postura y reafirmó su compromiso de mantener mando y control centralizados sobre todos los misiles. Esta decisión se ha mantenido firme incluso tras los avances de la India en el desarrollo de los llamados misiles nucleares encapsulados.

El otro rasgo importante de la política nuclear pakistaní es la moratoria unilateral de los ensayos nucleares, subrayada por la declaración de Islamabad, donde ese Estado afirma que «no fue el primer país en realizar ensayos nucleares ni será el primero en reanudarlos en el sur de Asia». Pakistán ofreció convertir su moratoria unilateral en un compromiso bilateral con la India como medida para fomentar la confianza. Sin embargo, la India no aceptó la propuesta, y los expertos en armas atómicas estiman que podría realizar otra serie de ensayos nucleares. La moratoria de Pakistán está sujeta a la decisión de la India al respecto. Si la India decide reanudar los ensayos nucleares en algún momento, es probable que Pakistán siga su ejemplo. No atacará, pero no retrocederá.

La compleja postura diseñada por Kidwai en materia de armas nucleares y disuasión es defensiva y referida específicamente a la India, a diferencia de este país, que ha mantenido una política más abierta y ha evitado identificar adversarios potenciales en su doctrina. Esto llevó a esos especialistas a evaluar que, al fin y al cabo, Pakistán es más confiable, pues el horizonte de ataque potencial indio es demasiado abarcativo. Este elemento fundamental pakistaní se ha destacado desde sus pruebas nucleares de 1998. En su explicación ante la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en septiembre de ese año, apenas unos meses después de las pruebas nucleares, el Estado de Pakistán subrayó que «Las pruebas nucleares de Pakistán no se realizaron para desafiar el régimen de no proliferación vigente ni para satisfacer ninguna ambición de gran potencia. Su objetivo era prevenir la amenaza o el uso de la fuerza contra Pakistán. Nuestras pruebas en respuesta a la India contribuyeron así a la causa de la paz y la estabilidad en nuestra región».

Como el planteo es inteligente, resulta difícil de objetar. Sin embargo, los vicisitudes del período influyeron en su decurso. Haga memoria, lector. Tras la operación militar estadounidense de 2011 que mató al líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, surgió un debate sobre si Pakistán necesitaba reevaluar su estrategia nuclear para disuadir posibles amenazas provenientes de su frontera occidental, además de la India. Otro argumento similar surgió al considerarse a Israel como un posible agresor de Pakistán. Este argumento cobró fuerza en la década reciente, dado que Pakistán no tiene relaciones diplomáticas con Israel y proclama su respaldo a la causa palestina en los foros internacionales. En sintonía, los vínculos en materia de defensa entre India e Israel, contribuyó a levantar la guardia.

Este debate cobró mayor fuerza con las pruebas en 2015 del primer misil balístico de alcance intermedio de Pakistán, el Shaheen III de dos etapas y combustible sólido, con un alcance de 2750 kilómetros. Si bien la intención declarada de Pakistán al desarrollar el misil era cubrir toda la masa continental de la India, incluidas las islas Andamán y Nicobar, los Estados Unidos advirtieron acerca de la posibilidad de que el Shaheen III pudiera alcanzar otros objetivos, como Israel. Este debate resurge periódicamente, pero los pakistaníes jamás admitieron modificaciones en su diseño defensivo. Por el contrario, han ratificado que su programa de armas nucleares solo tiene como objetivo disuadir las amenazas de la India. Asimismo, el alcance del Shaheen III se limitó intencionalmente a 2750 kilómetros para disipar tales preocupaciones.

LA MEJOR DEFENSA ES UN BUEN MEDIOCAMPO. Veamos. Una disuasión nuclear robusta se basa en la capacidad del Estado para comunicar la amenaza eficazmente, demostrando al mismo tiempo capacidad y determinación para llevarla a cabo. Para que la disuasión sea efectiva, es crucial que funcione dentro de un radio de acción específico. Si la amenaza nuclear supera un umbral superior, podría percibirse como inverosímil y, en consecuencia, perder su eficacia. Por el contrario, reducir demasiado el umbral conlleva el riesgo de que el adversario opte por absorber un ataque de bajo impacto y, en última instancia, prevalezca en los frentes político y diplomático. La esencia de la disuasión reside en la noción de infligir un daño inaceptable. Si el umbral y el impacto se reducen a un punto en que el daño nuclear se vuelve tolerable o aceptable para el adversario, la eficacia de la disuasión podría verse comprometida.

En todo el tramo y en relación a todos los asuntos indicados, Kidwai comandó los estudios y las definiciones. Lo hizo en su madurez, y sigue ostentando la batuta filosófica del país ahora, pese a su jubilación. Pocas semanas atrás afirmó que, si bien la capacidad de disuasión nuclear de Pakistán ha sido una piedra angular de la seguridad nacional del país durante las últimas décadas, últimamente ha asumido una importancia aún mayor en el desafiante entorno geopolítico y económico. Se esmeró en fundamentar su argumento con datos actualizados.

Con el objetivo de ofrecer una visión general del entorno estratégico emergente, destacó seis eventos importantes registrados en los últimos seis años en Pakistán y sus alrededores para comprender los desafíos que enfrenta el país.

El general Kidwai afirmó que el primer evento fue el intercambio de ataques aéreos estratégicos en 2019 entre la Fuerza Aérea India (IAF) y la Fuerza Aérea Pakistaní (PAF), como consecuencia de la agresiva postura político-militar de la India. El enfrentamiento de dos días resultó moderadamente favorable para su país. La escaramuza resultó en el derribo de dos aeronaves de la IAF por parte de la PAF y la captura de un piloto de la IAF. Esto envió una fuerte señal de disuasión a la India. La disuasión nuclear de Pakistán funcionó; la conducta de la India como potencia nuclear quedó expuesta ante el mundo, afirmó.

El segundo evento, aseveró, fueron los fiascos militares de India contra China, lo que creó el dilema de una guerra en dos frentes para el país multitudinario. China redujo drásticamente a India y a su ejército sin disparar un tiro. Según Kidwai “El ejército indio fue humillado por China”. Estados Unidos y Occidente simplemente observaron. India se sintió obligada a restablecer el alto el fuego en la Línea de Control con Pakistán.

El general añadió que el tercer acontecimiento fue la retirada estadounidense de Afganistán. Los talibanes afganos, explicó, pronto se volvieron contra sus benefactores, lo que provocó un deterioro de la seguridad interna y externa en la frontera occidental de Pakistán.

El cuarto, dijo, fue el ataque injustificado de la India contra territorio pakistaní por parte de un Brahmos con capacidad nuclear en 2022, que Pakistán prefirió gestionar políticamente. El ataque es otro ejemplo de la conducta irresponsable de la India como potencia nuclear y del equilibrio de Pakistán a la hora de resolver situaciones peligrosas.

Luego destacó que el quinto episodio fue el ataque con misiles de Irán contra territorio pakistaní cerca de Panjgur en 2024, lo cual fue “bastante desconcertante”. Pakistán no tuvo más opción que responder con los contraataques apropiados. El mensaje intrínseco de los contraataques llevó al ministro de Asuntos Exteriores iraní a viajar rápidamente a Islamabad para calmar las tensiones. Este periodista estima que ese roce y su solución merecen un análisis de fondo porque dan cuenta de situaciones subyacentes de fuste.

El sexto fue un avance positivo en el acercamiento entre Pakistán y Bangladesh. Este renovado vínculo, luego de tantas controversias preocupó a la India y fortaleció la presencia regional pakistaní, enfatizó.

LA CONFIANZA, ESE VALOR. Bien. Como se puede observar al recorrer las variadas Fuentes referidas al pensamiento de los estrategas, existen varias dimensiones posibles según el lugar y el volumen que ocupa la nación considerada. No sólo surgen conceptos excepcionales en las zonas de vigor profundo, sino también en aquellas que necesitan adecuar el andar a un espacio de magnitud menor, o equilibrado con la del eventual adversario. También, que no siempre vale establecer amenazas de gran porte pues pueden forjar un club de preocupados que alzan la guardia contra un solo emergente.

Sigamos. El general Kidwai -desconocido por estos pagos hasta la aparición de este artículo- centró también su atención en Ucrania, y afirmó que ese país abandonó casi 2.000 armas nucleares tras la caída de la Unión Soviética. En el contexto del conflicto entre Rusia y Ucrania, afirmó que las consecuencias son evidentes. La lección: «Pakistán debe seguir preservando y fortaleciendo su capacidad nuclear ante cualquier amenaza potencial».

Además, afirmó que los acelerados y explosivos acontecimientos políticos y militares en Asia Occidental han adquirido una importancia especial para Pakistán, al interpretarse en conjunto con algunas de las recientes declaraciones y acciones de los Estados Unidos contra los programas nucleares y de misiles de Pakistán. Al recordar el posicionamiento antes descripto sobre la región, consideró que “es necesario vigilar el panorama con la máxima seriedad”.

Entonces, dejó entrever las conclusiones de fondo: “En el contexto geopolítico del orden global actual, China, como superpotencia emergente, plantea múltiples desafíos a los Estados Unidos. Los pakistaníes deberíamos agradecer a nuestros mayores que hace décadas tomaron la decisión estratégica de apoyar a China. Pakistán se encontrará en el lado correcto de la historia en los próximos años”.

Posteriormente, el general Kidwai aclaró los desafíos emergentes para Pakistán. Mencionó el equilibrio que Pakistán debe mantener en el contexto del Sur de Asia. También detalló las sanciones estadounidenses y rechazó las “absurdas acusaciones” contra Pakistán sobre sus presuntas intenciones de atacar a los Estados Unidos con sus misiles.

OLEAJES INTENSOS. Desde ya que los dilemas no concluyen ahí. Es preciso brindar un trazo al Tratado del Agua, pues desde el mismo emergen contrastes de olas gigantescas. El gobierno de Pakistán advirtió cuatro días atrás a la India que cualquier intento de desviar o cortar el flujo del agua tras la suspensión del Tratado del rio Indo, anunciada por Nueva Delhi, será tomado como un “acto de guerra».

«Cualquier intento de detener o desviar el flujo de agua perteneciente a Pakistán según el Tratado de las Aguas del Indo, y la usurpación de los derechos de los estados ribereños inferiores se considerará un acto de guerra y se responderá con toda la fuerza», indicó el Estado paquistaní tras una reunión del Comité de Seguridad Nacional (NSC), presidida por el primer ministro, Shehbaz Sharif.

El Tratado de Aguas del Indo, firmado en 1960 y negociado con la mediación del Banco Mundial, ha sido un marco legal crucial para la gestión de los recursos hídricos compartidos entre la India y Pakistán durante más de seis décadas, sobreviviendo incluso a períodos de intensos conflictos militares. El acuerdo asigna la gestión de los ríos de la cuenca del Indo entre ambos países, otorgando a la India el control sobre los ríos orientales (Ravi, Beas y Sutlej) y a Pakistán sobre los ríos occidentales (Indo, Jhelum y Chenab).

Este pacto es considerado beneficioso para Pakistán, ya que le garantiza el acceso a aproximadamente el 80% del caudal total, vital para su agricultura. La India anunció ayer la suspensión de este tratado, condicionada a que Pakistán renuncie de manera creíble e irrevocable a su presunto apoyo al terrorismo transfronterizo. El general Kidwai estimó, en una presentación reciente, que la doctrina de Defensa establecida debe abarcar la protección del recurso con el mismo parámetro defensivo, al tiempo que desmintió la participación de su país en el despliegue de bandas terroristas en la zona.

Para quienes deseen tener un panorama histórico completo, sugerimos la lectura del gran trabajo efectuado al respecto por Guillermo Martín Caviasca en Pia Global.

LEÓN XIV. Hay que verlo andar más tiempo y en distintos espacios para realizar un diagnóstico en firme. Los primeros indicios, es preciso indicarlo, resultan auspiciosos. El Papa León XIV brindó sus primeros discursos como máximo representante de la Iglesia Católica. En ese marco, realizó una declaración que permitió hilvanar sus conceptos con algunos previamente vertidos por su antecesor, Franciso: la Tercera Guerra Mundial ya está ocurriendo de forma segmentada y en distintas partes del mundo.

Por lo tanto, a su entender, ese gran conflicto es el principal problema que se debe abordar. En tal dirección realizó un llamamiento a los presidentes y dirigentes de las grandes potencias del mundo para cesar el fuego en los principales focos de conflicto. El Papa recordó las millones de víctimas que dejó la Segunda Guerra Mundial y, a través de un grito que se oyó en toda la Plaza San Pedro, pidió que «nunca más» se generen conflagraciones de esa índole.

«Me dirijo a los grandes del mundo, repitiendo el llamamiento siempre presente: ¡Nunca más la guerra!», señaló. Y agregó: «No tengan miedo. Acepten la invitación de la Iglesia y de Cristo Señor. La Virgen María, cuya vida fue una respuesta a la palabra del Señor, nos acompaña siempre en el seguimiento de Jesucristo». Además, pidió el cese al fuego en dos de los focos más importantes en el mundo: la situación en la Franja de Gaza, y la guerra fronteriza euroasiática.

En tanto, resolvió persistir en el diálogo interreligioso. Recibió en audiencia a los participantes en el Jubileo de las Iglesias Orientales y relanzó el llamamiento para devolver al mundo la «dignidad de la paz»: «Para que esta paz se difunda, emplearé todos mis esfuerzos. La Santa Sede está disponible para que los enemigos se encuentren y se miren a los ojos. Con el corazón en la mano, digo a los responsables de los pueblos: ¡encontrémonos, dialoguemos, negociemos!».

En su alocución, el Pontífice llamó a los líderes de los pueblos al diálogo para que «callen las armas», recordando los conflictos que afectan muchas de las regiones de las que proceden estos fieles: «de Tierra Santa a Ucrania, del Líbano a Siria, de Oriente Medio a Tigray y el Cáucaso, ¡cuánta violencia!». Para hacer frente al complejo panorama, exhortó a los cristianos de las Iglesias orientales a seguir «brillando por la fe, la esperanza y la caridad», porque son «preciosos» para la Iglesia. «¿Quién más que ustedes puede cantar palabras de esperanza en el abismo de la violencia? ¿Quién más que ustedes, que conocen de cerca los horrores de la guerra, tanto que el Papa Francisco llamó «martiriales» a sus Iglesias?»

Luego recordó «el horror» vivido por los fieles orientales, enfrentados a guerras y tensiones que provocan «masacres de tantas vidas jóvenes» que mueren «en nombre de la conquista militar». «Pienso en la variedad de sus orígenes, en la historia gloriosa y en los amargos sufrimientos que han padecido o padecen muchas de sus comunidades». En este contexto «sobresale un llamamiento: no tanto el del Papa, sino el de Cristo, que repite: ¡La paz esté con ustedes!», repitiendo las primeras palabras que pronunció tras su elección. «Recemos por esta paz, que es reconciliación, perdón, valor para pasar página y volver a empezar», continuó, para luego añadir que «la paz de Cristo no es el silencio sepulcral tras el conflicto, no es el resultado de la opresión, sino que es un don que mira a las personas y reactiva sus vidas».

Con intencionada insistencia, enfatizó: “Los pueblos quieren la paz y yo, con el corazón en la mano, digo a los responsables de los pueblos: ¡encontrémonos, dialoguemos, negociemos! La guerra nunca es inevitable, las armas pueden y deben ser silenciadas, porque no resuelven los problemas sino que los aumentan; pasará a la historia quien siembre la paz, no quien coseche víctimas; porque los otros no son ante todo enemigos, sino seres humanos: no villanos a los que odiar, sino personas con las que hablar. Rechacemos las visiones maniqueas típicas de las narraciones violentas, que dividen el mundo en buenos y malos”.

León XIV explicó que la Iglesia acepta la intuición de su predecesor: «Acogemos la llamada a salvaguardar y promover el Oriente cristiano, especialmente en la diáspora; aquí, además de erigir, donde sea posible y oportuno, circunscripciones orientales, es necesario sensibilizar a los latinos». El Papa pidió también al Dicasterio para las Iglesias Orientales que le ayude «a definir principios, normas y directrices a través de los cuales los Pastores latinos puedan apoyar concretamente a los católicos orientales en la diáspora y preservar sus tradiciones vivas y enriquecer con su especificidad el contexto en el que viven». León XIV reiteró que es importante que las tradiciones orientales no se diluyan «por razones prácticas y de comodidad» ni se «corrompan por un espíritu consumista y utilitarista».

PIETRO PAROLÍN. Ahora bien; si hemos de considerar pensadores estratégicos, en vínculo al comienzo de esta nota, resulta válido escuchar al Secretario de Estado de la Santa Sede, Pietro Parolín, quien expresó su esperanza en que las negociaciones en Turquía marquen un verdadero inicio hacia la paz en Ucrania. También destacó la disposición del Papa León XIV a realizar su primer viaje a Nicea y reafirmó el compromiso con la repatriación de menores ucranianos.

Es que Turquía está en la pole position para advenir en el primer viaje del Papa agustiniano para conmemorar los 1700 años del Concilio de Nicea. Pero muy especialmente está resultando el escenario de la cumbre de Estambul que congrega delegaciones de Rusia y Ucrania para negociaciones directas con el objetivo de lograr un alto el fuego. El cardenal Parolin, respondió —por primera vez después del Cónclave— a las preguntas de los periodistas al margen de un evento en la Universidad Gregoriana titulado “Hacia una Teología de la Esperanza para y desde Ucrania”, organizado bajo el patrocinio de la Iglesia greco-católica ucraniana, y compartió sus expectativas para el éxito de estas negociaciones.

“Siempre esperamos que haya atisbos de paz”, dijo el Cardenal a varios medios. “Estamos contentos de que finalmente exista la posibilidad de un encuentro directo. Esperamos que allí se resuelvan los nudos que existen hasta ahora y que realmente se pueda iniciar un camino hacia la paz”. Según el secretario de Estado, “es prematuro” decir qué sucederá, pero la esperanza es que Estambul sea “un punto de partida serio” para llegar a poner fin a la guerra.

Según Parolin, también es «prematuro» especular sobre una posible visita del Papa León XIV a Ucrania, en respuesta a la invitación del presidente Volodimir Zelensky durante una llamada telefónica, el lunes por la mañana. El Papa, que en el Regina Caeli del domingo y también en el largo discurso de dos días atrás lanzó fuertes llamados por los territorios afectados por la violencia, “renovará, como ya lo ha hecho varias veces desde el inicio de su pontificado, el llamamiento por el fin de la guerra”, aseguró el Secretario de Estado.

“Nosotros —añadió— seguimos siempre dispuestos a ofrecer también un espacio. Hablar de mediación es excesivo, pero al menos de buenos oficios, de facilitar el encuentro”. Al mismo tiempo, no se quiere “interferir en otras iniciativas en curso”. La posición de la Santa Sede, afirmó Parolín, es una “posición que trata de acercar las partes más que de crear más divisiones”. Aseveró que, mientras tanto, permanece “activo” el “mecanismo” —iniciado y respaldado por la misión del cardenal Matteo Zuppi— para la repatriación de niños ucranianos llevados a Rusia.

El pensador y político se zambulló luego en las ardientes arenas de Asia Occidental. Informó que el Papa y la Santa Sede continuarán con la misma línea trazada por Francisco, es decir, el constante llamado a “poner fin al conflicto en Gaza, lograr la liberación de los rehenes” y “para la asistencia humanitaria en Gaza”. Sobre estos puntos, se ha hecho “un fuerte llamamiento a una intervención seria” durante las congregaciones generales previas al Cónclave, junto con la “preocupación de que el Medio Oriente se está vaciando de cristianos. Por lo tanto, será necesario encontrar respuestas a esta gran problemática”.

Parolin eludió con fineza las preguntas relacionadas con las discusiones antes y durante el Cónclave (“No nos hagan preguntas a las que debamos responder con un no”, expresó con una sonrisa). Se centró, en cambio, en la figura del recién elegido Papa, quien ha recibido comentarios y reacciones “muy positivas”. “Se presentó de una manera muy serena. Es un hombre de paz que quiere la paz y que construirá la paz precisamente a través de estos puentes que ha mencionado desde sus primeras palabras al saludar a los fieles”.

Finalmente, el secretario de El Vaticano respondió a la pregunta sobre dónde podría realizarse el primer viaje del Papa León: “Pienso en Nicea”, dijo. “Es un momento importante para la Iglesia Católica, es un momento importante para el ecumenismo. Seguramente se había previsto que el Papa Francisco fuera. Imagino que el Papa León seguirá el mismo camino”.

Entre las consideraciones de uno y otro, puede trazarse un camino de continuidad, seguramente previsto por Jorge Bergoglio, que conlleva un choque sostenido con las corporaciones armamentísticas que fogonean guerras en distintos lugares y una secuencia de acciones de contención destinadas a canalizar los intereses de fondo de la cristiandad, pero también de otras civilizaciones con valores cercanos y estructuras distantes.

Mientras prepara el mate para disfrutar la lluvia y reflexionar sin prisa sobre este renovado impulso multipolar, y trata de interpretar los resultados de los comicios porteños en la Argentina, este periodista recuerda que pocas horas atrás pudo observar grandes banderas en las esquinas que entornan la popular Plaza Constitución de la Ciudad de Buenos Aires. Las mismas decían “Francisco Vive”.

Sin dejar de lado las honduras ofrecidas por los estrategas aquí analizados, bien vale concluir que, en ocasiones, las expresiones emocionales sencillas contienen aciertos de excepción.

• Area Periodística Radio Gráfica / Director La Señal Medios / Sindical Federal

El Cuarto Reseteo

Por Julio Fernández Baraibar*

Se votó en el Senado Nacional el cuarto intento de reseteo del país creado entre el 4 de junio de 1943 – con la jornada liminar del 17 de Octubre – y el 16 de septiembre de 1955. Ese país se caracterizó por:

  • una industrialización, vía reemplazo de importaciones, impulsada y sostenida desde el Estado,
  • la utilización de la renta agraria como inversión estatal en ese proceso industrial,
  • una permanente ampliación del mercado interno,
  • un poderoso movimiento sindical, el más importante e influyente de Latinoamérica.

El Primer Reseteo

El primer reseteo fue la contrarrevolución cívico-militar llamada, paradojalmente, Revolución Libertadora. Sus principales efectos fueron el bombardeo a Plaza de Mayo, el fusilamiento criminal de un general de la Nación y de ciudadanos indefensos, el encarcelamiento y la persecución de miles de dirigentes políticos y sindicales y el ostracismo durante 18 años del General Perón, así como el ingreso de la Argentina al Fondo Monetario Internacional. El impulso industrializador y democratizador del peronismo había sido tan fuerte que, aún bajo esas condiciones, no pudo ser detenido y la Argentina no volvió a ser ese “paraíso perdido” del país agroexportador anterior al año 1940. El ciclo que se inicia entonces se caracterizó por las tensiones generadas entre un país industrial, al que el frondizismo también expresaba y la cúpula gorila oligárquica de las FF.AA., como expresión de la Sociedad Rural y los grandes exportadores.

La proscripción del general Perón le puso a todo el ciclo la característica de su ilegitimidad despótica, que derivó en violencia política y en la radicalización y nacionalización de amplias franjas medias de la sociedad. El golpe del torpe general Juan Carlos Onganía, con la intervención de las universidades, las puso en las mismas condiciones que el conjunto del país. Los sectores medios de todo el país se radicalizaron a la vez que, en buena parte, se nacionalizaban, se acercaban al peronismo.

El ciclo terminó con un levantamiento del país que condujo al regreso del general Perón a la Argentina y su tercera reelección en 1973.

El Segundo Reseteo

El segundo fue el criminal Proceso, llamado con sarcasmo, de Reorganización Nacional iniciado con el golpe del 24 de marzo de 1976. Se encargó de hacer desaparecer y asesinar a 30.000 conciudadanos y entregar el poder económico a la vieja oligarquía agroexportadora y el capital financiero. Gran parte de su legislación económica nunca fue derogada, como, por ejemplo, su Ley de Entidades Financieras que continúa rigiendo. Intentó cumplimentar, en suma, los objetivos desnacionalizadores y desindustrializadores que los fusiladores de 1955 no habían podido realizar. Por esos caprichos de Clío, el período terminó con la Guerra de Malvinas, el enfrentamiento bélico más importante y justiciero llevado a cabo por nuestras Fuerzas Armadas desde la guerra de la Independencia. El ciclo que se inicia en 1983 estuvo signado por esa trascendente derrota nacional.

El Tercer Reseteo 

El tercero fue llevado a cabo por un presidente de origen peronista, Carlos Saúl Menem, que realizó buena parte del programa que los dos anteriores momentos no pudieron realizar. Decidió la venta y entrega de las grandes empresas estatales, como YPF, Aerolíneas Argentinas, Correo, Aguas Sanitarias, Entel, Gas del Estado y los ferrocarriles. Disolvió organismos estatales como el INDER, la Junta Nacional de Granos y la de Carnes, entre otros. Dispuso, además, la paridad uno a uno con el dólar y produjo una violenta y vertiginosa desindustrialización del país. Este ciclo estuvo determinado, entre otras cosas, por el fin de la Guerra Fría y la disolución de la Unión Soviética, con el consecuente establecimiento de lo que se ha conocido como “unipolaridad”, la hegemonía mundial de una sola gran potencia, EE.UU. Puso al país bajo el consenso de Washington y su ministro de Relaciones Exteriores, Guido Di Tella, pudo hablar de las “relaciones carnales” con EE.UU. Como es sabido, ese período terminó con las movilizaciones del 19 y 20 de diciembre de 2001, la renuncia, primero, del ministro Cavallo y, al día siguiente, del presidente De la Rúa.

El menemismo, enfermedad senil del peronismo

El menemismo fue la expresión, brutal y oportunista, de ese agotamiento del impulso transformador del 17 de Octubre de 1945. No fue una cuestión de orden moral como el calificativo de traidor implica. Ya la reforma constitucional de 1994 dejó en evidencia los límites y la debilidad estratégica del peronismo de entonces a la nueva ofensiva de los sectores antinacionales. 

La provincialización de los recursos naturales y la creación de la Ciudad Autónoma, con amplia aceptación por parte del peronismo, dejó ver que la fortaleza del ideario nacional de ese movimiento ya no era lo que había sido. De ahí la amplia aceptación y el rápido reclutamiento de dirigentes y militantes que recibió el viraje neoliberal de Carlos Menem. En todo el país y en todas las instancias, incluidas las gremiales, las propuestas presidenciales y de su ministro de Economía recibieron un amplio apoyo. También es necesario decir que fue en las filas del movimiento sindical donde recibió la más tenaz resistencia y donde creció una fuerte oposición que se constituyó en el Movimiento de los Trabajadores Argentinos (MTA).

Pero el virus del neoliberalismo, ya no en su versión Martínez de Hoz, sino en su versión Domingo Cavallo, prendió en el seno de buena parte de la dirigencia justicialista de modo permanente. El monetarismo, la retracción del estado – sin disminuir su elefantiasis e inoperancia –, la privatización de empresas públicas – “Nada que deba ser estatal, permanecerá en manos del Estado” acuñó el fallido del ministro Dromi –, el seguidismo a los EE.UU., la libre importación de productos que el país fabrica y todos los lugares comunes del liberalismo económico, más una infinita avidez por los negocios particulares, se hicieron carne en dirigentes peronistas e, incluso, en votantes peronistas.

Es importante recordar que, en las elecciones del año 2003, el candidato que sacó más votos, aunque no alcanzaron para evitar el balotaje, fue Carlos Saúl Menem.

Pero eso no es todo. Los avatares políticos, económicos e institucionales del país terminaron dando por resultado una gigantesca y agigantada área metropolitana, con, obviamente, un gran peso electoral. Desde la breve presidencia de Eduardo Duhalde y a través de todas las presidencias que le sucedieron, buena parte de los recursos generados por las agroexportaciones volvieron al AMBA, y casi solo al AMBA, bajo la forma de subsidios al transporte, la electricidad y el gas y planes sociales.

Según pasan los años

Este Cuarto Reseteo del país industrial, con una amplia clase media y una clase obrera bien paga y de relativamente alta ocupación, con una política internacional soberana y un proyecto de integración latinoamericana, tiene algunas características propias y nuevas. En primer lugar, se da en un momento en que el escenario internacional está viviendo profundas modificaciones. Hay una guerra en el corazón de Europa, en su frontera con Rusia. Hay un genocidio en Palestina y una creciente oposición a Israel, tanto en Europa como en Asia, así como en buena parte de los sectores politizados norteamericanos. China es hoy una potencia política y económica a la par de EE.UU. y ha establecido una alianza estratégica con Rusia, a la vez que es uno de los motores de los BRICS, el acuerdo de las potencias emergentes, donde Brasil juega un papel principal.

No hay en América Latina, como sí lo había en 1976 o en 1989, una mayoría de gobiernos dóciles a los EE.UU. Sin que ello signifique un enfrentamiento con el país imperialista, los gobiernos de México, Guatemala, Cuba, Nicaragua, Honduras, Venezuela, Colombia, Brasil, Bolivia, Chile y, me atrevo a decir, El Salvador y, posiblemente, Uruguay en breve, tienen o tendrán gobiernos de amplia representación popular, con propuestas autonómicas e industrialistas, y que mantienen frente a los EE.UU. una política de independencia. El camino elegido por la Argentina ha sido, como resultado de una crisis básicamente política, totalmente opuesto al de la mayoría del continente y en una versión radicalizada y perversa.

En segundo lugar, y esto sí constituye una dificultad, estimo que todo esto ocurre ante ese agotamiento del peronismo que se ha mencionado más arriba. Cuando digo agotamiento del peronismo no me refiero a la identidad política del pueblo argentino o a la caducidad de sus grandes banderas. Me refiero a que los instrumentos políticos y económicos que caracterizaron a nuestro gran movimiento histórico, concebidas y generadas en las condiciones del país y del mundo de 1950, la contundencia de las grandes transformaciones realizadas en aquellos doce años, están llegando a su fin de ciclo. La Argentina no es la misma. Los 15.893.827 habitantes que éramos en 1947 se han convertido en 46.044.703 habitantes, casi triplicándose. El comercio internacional de nuestra agroproducción y el manejo de los excedentes por parte del Estado permitía – y lo siguió permitiendo durante varias décadas – los recursos para nuestra industrialización, el crecimiento de nuestro mercado interno, con altos salarios y baja desocupación e inversiones estatales y privadas en la Rama 1.

La crisis económica que vive Argentina desde, digamos, 2011 y la consecuente inflación constituyen la expresión más clara de que aquellos instrumentos habían perdido su eficacia inicial, lo que de alguna manera había comenzado a insinuarse a partir de 1953, con el déficit en la balanza de pagos, el Congreso de la Productividad, los contratos con la Standard Oil y otros proyectos de la época.

Recordemos para las nuevas generaciones, que muy posiblemente lo ignoran, que el “Congreso Nacional de la Productividad y el Bienestar Social” fue una convocatoria del Presidente Perón, para elaborar un plan de acción que respondiera a la nueva situación planteada por el aumento de la inflación. Se llevó a cabo entre el 21 y 31 de marzo de 1955, solo siente meses antes del golpe liberal y tuvo como protagonistas a la CGT, cuyo Secretario General era Eduardo Vuletich, y a la CGE, presidida por José Ber Gelbard. La política de sustitución de importaciones sobre la base de los excedentes del comercio internacional y la renta agraria comenzaba a agotarse y su manifestación inmediata fue la aparición de la inflación. La crisis, agravada por la sequía de 1951-1952, demostró la necesidad de cambios estructurales ante el agotamiento de los mecanismos implementados hasta ese momento.Si bien el Congreso no llegó a ninguna decisión importante debido a la resistencia de los representantes del movimiento obrero, entre los objetivos del mismo estaba remover los principales obstáculos al aumento de la productividad: principalmente el ausentismo y la labor de las comisiones internas; también se planteaba la autorización para rotar al personal entre diversas funciones al margen del sistema de categorías, establecido en los convenios colectivos.

Los contratos con la Standard Oil –en cuyo directorio se sentaba nada menos que Spruille Braden–, firmados también en 1955, manifestaban también ciertos límites alcanzados por los instrumentos peronistas para la industrialización del país. YPF, pese al gigantesco crecimiento de su producción petrolera, no terminaba de satisfacer la demanda energética del país, en pleno despliegue industrial y de consumo. Aunque hubo alguna resistencia de parte de algunos diputados peronistas, la oposición antiperonista utilizó el hecho para atacar al gobierno por entreguista. Arturo Frondizi escribe en 1954 “Política y Petróleo”, una crítica implícita a esos contratos. Solo cinco años después, ya como presidente, firmaría contratos mucho más costosos con varias empresas norteamericanas.

En suma, lo que aquí queríamos exponer es que los mecanismos instrumentales del peronismo en sus objetivos industriales y de altos salarios ya había comenzado a experimentar un agotamiento en el momento de su derrocamiento.

El neofederalismo

Con la excepción de Néstor Kirchner, desde Fernando de la Rúa – Chacho Álvarez hasta Milei – Villarruel, se han sucedido presidentes de claro origen en el AMBA, incluyendo a la propia Cristina Fernández de Kirchner. En Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos y Corrientes el peronismo ha estado dividido entre dirigentes que pertenecen al establishment agroexportador y un kirchnerismo casi contestario y muy ligado a las preocupaciones políticas e ideológicas que se discuten en el AMBA. El “neofederalismo” que ha generado esta situación tiene características meramente defensivas y locales. Lejos de tener una definición general sobre el tipo de país que se pretende – industrial, soberano, integrado a la región o agro- y minero-exportador, sometido a la política exterior norteamericana y enfrentado con sus vecinos soberanistas –, se conforma con intentar capitalizar localmente los beneficios de la Constitución del 94 respecto a los recursos naturales y encontrar una rápida modernización de sus provincias, sin considerar el carácter mismo de esa modernización – soberana o dependiente –. Fue muy sintomático para este entendimiento la defensa hecha en un reportaje televisivo por la senadora jujeña peronista, Carolina Moisés, al Régimen de Inversiones para Grandes Inversores (RIGI): “En Jujuy hay recursos pero falta financiamiento, y el RIGI podría abrir una oportunidad para el NOA para atraer grandes inversiones que generarían empleo genuino y serían un multiplicador económico”. Y agregó: “Como peronista necesito reconstruir el vínculo con los jujeños y jujeñas, desde el punto que hoy la sociedad nos demanda”. No le estoy dando la razón a la senadora, pero entiendo claramente que su punto de vista pone en evidencia un grave problema al que su fuerza política a nivel nacional no ha logrado ni siquiera enfrentar. Estoy convencido que las provincias se expresaron contra una política que las dejó afuera. Lo hicieron de la peor manera, pero nadie les ofreció una mejor.

Jorge Enea Spilimbergo me dijo, en una de esas largas e inolvidables conversaciones, que el último verdadero federal había sido José Gervasio Artigas y que, después de su derrota, el federalismo se había vuelto un movimiento meramente defensivo, sin un verdadero proyecto nacional. Hoy da la impresión de haberse convertido en un localismo bastante estrecho y egoísta. Los gobernadores (con sus honrosas excepciones) parecen y actúan como intendentes del conurbano, para quienes, y esto es lógico, lo más importante es la situación del alumbrado, barrido y limpieza de su comuna. El litio, el oro, el cobre, el petróleo y el gas no son cuestiones meramente comunales. En ellas está en juego el destino de la Argentina.

Ha escrito Claudio Scaletta, con acierto y en este mismo sentido:  “Si en algo fueron exitosas las tres experiencias neoliberales que antecedieron a la presente, fue precisamente en el establecimiento de transformaciones estructurales difícilmente reversibles. La dictadura realizó la reforma financiera y comenzó la sujeción por deudas, el menemismo desarmó los restos del Estado de Bienestar, profundizó el endeudamiento y, en conjunto con el radicalismo, concretó una reforma constitucional que profundizó la fragmentación del poder del Estado Nación en una suerte de nueva federación de Estados provinciales, una trampa de la que será extremadamente difícil salir, sino imposible. Finalmente, el rol histórico del macrismo, su gran legado, fue reendeudarse con el exterior y traer de vuelta al FMI, todo con el apoyo a la gobernabilidad de la ‘oposición responsable”.

El reseteo del movimiento nacional

Si se insiste en un cuestionamiento meramente moral, apelando al calificativo de “traidor”, muy poco se podrá avanzar en la superación de esta difícil coyuntura. Esto no se soluciona echando dirigentes del Partido Justicialista, institución que, por otra parte, nunca ha tenido un carácter muy estructurado e indiscutible. No es el Partido Comunista Chino. Ni siquiera es el PSOE, para dar un ejemplo más relajado. Nuestro último candidato presidencial fue y es el principal dirigente de otro partido desde hace once años.

Tampoco pasa por las vociferantes propuestas del ex secretario de Comercio y homónimo de célebre actor mexicano, Mario Guillermo Moreno, dividiendo abstracta e ideológicamente, entre “peronistas” y “progresistas”, mientras se aferra a una caricatura del peronismo digna del ya fallecido dibujante Landrú, bastante gorila por cierto. Ni el peronismo histórico fue como lo presenta, ni se puede entrar al futuro retrocediendo.

La ampliación y diversificación de nuestras exportaciones; la discusión, con la más amplia participación del movimiento obrero, sobre una nueva legislación laboral; el papel de las inversiones extranjeras directas en un plan de desarrollo productivo orientado por el Estado nacional y del equilibrio fiscal; una política realista ante el fenómeno endémico de la inflación en nuestra economía y una superación no coyuntural de las restricciones externas son algunas de los tópicos a plantear para volver a ofrecer una alternativa electoral con posibilidades de éxito.

Entiendo, como decía al principio de esta reflexión que se ha hecho demasiado larga, que lo que el movimiento nacional requiere es una introspección y una discusión que actualice su instrumental económico, que replantee un sano federalismo que desconcentre la importancia del AMBA y que ratifique y profundice su política exterior, muy bien desarrollada por el gobierno de Alberto Fernández. En todo esto debería jugar un papel central la CGT y el movimiento obrero en su conjunto. En este dramático momento que vivimos ha asumido un papel aglutinador y programático como no ocurría desde los viejos tiempos de Saúl Ubaldini.

Un vigoroso reseteo del gran movimiento nacional argentino dará, seguramente, como resultado un apagón definitivo al cuarto reseteo de la Patria, propuesto por el capital financiero, el capital extranjero y la gran concentración agroexportadora.

Buenos Aires, 14 de junio de 2024

*escritor, guionista, documentalista y político

LOS TRABAJADORES Y TRABAJADORAS DE TRANSPORTE DECIMOS

ANSV – CNRT – JST – ORSNA

¿A QUIÉN LE INTERESA QUE DESAPAREZCAN LOS CONTROLES O QUE NO SE INVESTIGUEN LOS SINIESTROS?

El control de las empresas de servicios públicos es siempre una función esencial del Estado.

En un proyecto de País en el que se decidió desregular los servicios públicos, esa función resulta radicalmente imprescindible, si como ciudadanos queremos que dichos servicios estén al alcance de toda la sociedad y que además su prestación sea segura y confiable.

No nos estamos refiriendo a la desregulación, experiencia por la que los Argentinos de Bien ya tuvimos la oportunidad de transitar no hace tanto tiempo, sino a sus resultados y a los errores cometidos, los que no tuvieron vinculación con la falta de control.

No queremos ni imaginarnos en esta ocasión, que pasará, si además de la feroz desregulación que el gobierno habilitó para algunos servicios, los mismos sean realizados sin el adecuado control técnico especializado que se ha venido ejecutando a través de los distintos Organismos de Control.

Si faltara ese control, como se va asegurar que las empresas cumplan con la normativa que hace a la calidad y a la regularidad del servicio; de que forma el Estado va a resguardar la protección de los derechos de los usuarios; cómo se va a controlar que todos los ciudadanos del país tengan acceso a los servicios y que sus derechos sean difundidos y respetados; quién va controlar la difusión que se brinde a los usuarios sobre estos servicios y los derechos que les asiste y fundamentalmente; quién va a velar por la seguridad en su prestación.

El Estado puede servirse del sector privado para la ejecución de los servicios públicos, pero no puede nunca deslindar su responsabilidad de supervisar y controlar la prestación de los mismos, debiendo siempre garantizar la calidad y el cumplimiento de sus estándares; el poder de policía del Estado en esta materia es Indelegable.

REALMENTE, ¿A QUIÉN LE INTERESA QUE DESAPAREZCAN LOS CONTROLES O QUE NO SE INVESTIGUEN LOS SINIESTROS?

Por otra parte, no es cierto que en materia de control del transporte existan Organismos Descentralizados que tengan duplicidad de funciones, pensar en ello, es no conocer las competencias atribuidas a los mismos. Cada uno de los Organismos Descentralizados vinculados al transporte tiene una competencia técnica y específica.

En efecto la Agencia Nacional de Seguridad Vial -ANSV- controla y fiscaliza el tránsito de particulares, certificación de centros de emisión de licencia de conducir y capacitación de su personal, administración y cómputo de infracciones en rutas nacionales, administración del sistema nacional de antecedentes viales, observatorio vial que investiga y analiza el entramado vial para contribuir a la toma de decisiones en pos de mejorar la seguridad vial, campañas y formación vial para una movilidad segura, entre otras.

Por su parte la Comisión Nacional de Regulación del Transporte -CNRT-, fiscaliza los servicios de transporte efectuado por los operadores de pasajeros y cargas por automotor y ferroviario de jurisdicción nacional, ejerciendo el poder de policía en materia de transporte automotor sujeto a su control; auditando al servicio ferroviario, emitiendo informes de su gestión y aplicando las sanciones contractuales a las concesionarias, de manera de resguardar la seguridad y la calidad de esos servicios.

La Junta de Seguridad en el Transporte -JST- interviene e investiga en ocasión de producirse un siniestro en el transporte, ya sea vial, ferroviaria, naval o aérea, para determinar las causales del mismo y emitir opiniones técnicas pertinentes, detectando las fallas de los sistemas a efectos de mejorar y evitar los mismos, con la finalidad de garantizar la seguridad de todo el transporte.

Finalmente el Organismo Regulador del Sistema Nacional de Aeropuertos -ORSNA- se encarga de controlar y fiscalizar la infraestructura y los servicios de los aeropuertos que integran el Sistema Nacional de Aeropuertos. Sus funciones incluyen la supervisión de la infraestructura, la regulación de servicios y actividades comerciales e industriales, la supervisión de concesionarios y administradores aeroportuarios, y la garantía de una operación segura y eficiente.

Este sistema integral e integrado de control e investigación, es la herramienta adecuada para dar efectivo cumplimiento a los preceptos constitucionales enfocados en la protección de los derechos de los usuarios y consumidores, garantizando la seguridad, la salud y sus intereses económicos.

El sistema actual de control reduce claramente los riesgos, mejora la toma de decisiones, aumenta la eficiencia operativa y optimiza el uso de los recursos, contribuyendo ello a la seguridad, a la confiabilidad de la información, el cumplimiento normativo y la confianza por parte de los usuarios.

Frente a la actual política de desregulación de la gestión de los servicios públicos, es cuando más se necesitan a los Organismos de control.

ENTONCES, ¿A QUIÉN LE INTERESA QUE DESAPAREZCAN LOS CONTROLES O QUE NO SE INVESTIGUEN LOS SINIESTROS?

Estos organismos además de controlar producen en forma periódica informes sobre la gestión de los servicios por parte de los operadores, que en muchos casos, nutren a los Organismos de Control Interno y Externo de la Administración Pública Nacional sobre la gestión del transporte por parte del sector privado, sirviendo inclusive de auxiliares en informes periciales requeridos por la Justicia.

Pero sin duda uno de sus cometidos más relevantes radica en “advertir” a las AUTORIDADES DE LA ADMINISTRACIÓN CENTRAL y a la sociedad toda sobre las fallas o riesgos para los usuarios, que pueden ocasionar la inadecuada gestión de los prestadores de los servicios de transporte gestionados por los privados.

Entonces, nos sorprende, que no existan funcionarios en el ámbito de la toma de decisiones que advierta sobre las peligrosas consecuencias de transformar o cercenar las competencias de estos Organismos, lo cual podría generar la obstaculización de la última valla de la defensa de los ciudadanos usuarios, beneficiando únicamente a las Operadoras de esos servicios, los que pueden hacer uso de importantes estudios Jurídicos y Consultoras a los que las personas de a pie nunca podrán acceder, con los consecuentes resultados, que no escaparan de las responsabilidades que como funcionarios les podría caber.

Sin dudas nunca es correcto, ni bien visto, la adopción de medidas que cercenen el control o la investigación.

PENSEMOS: ¿A QUIÉN LE INTERESA QUE DESAPAREZCAN LOS CONTROLES O QUE NO SE INVESTIGUEN LOS SINIESTROS?

En un País con la extensión del nuestro, el cual por su superficie ocupa el 8vo. lugar en el mundo, no podemos desconocer el esfuerzo que significa controlar la totalidad del parque móvil afectado a los servicios de transporte automotor, tanto de cargas como de pasajeros, el material rodante ferroviario, usuarios particulares que transitan en la vía pública, el tránsito en general, todos ellos desarrollados en miles de kilómetros de rutas y vías en todo el país, fiscalizando centenares de estaciones ferroviarias y la mayor parte de los aeropuertos localizados en diferentes ciudades de la Argentina.

Por tales razones, podemos afirmar que los trabajadores de cada uno de los Organismos de transporte mencionados, no solamente no sobramos, sino que gracias al esfuerzo y profesionalismo con el que llevamos a cabo nuestras tareas, es que estamos orgullosos de los resultados que arrojan los controles, fiscalizaciones, auditorías e investigaciones que resultan, siendo nosotros los trabajadores, los principales gestores para que con la escasez de recursos presupuestarios existente, cada una de las Entidades mencionadas pueda cumplir con los objetivos trazados por esa gestión de gobierno.

Nosotros UPCN, y sus afiliados, sabemos quiénes son a los que les interesa que no se controle y se investigue el transporte.

SIN ESTADO NO HAY NACIÓN, SIN TRABAJADORES NO HAY ESTADO.

UPCN

LA RESPONSABILIDAD DE SER MAYORÍA

Hazte de plata y espejea el oro que se da en las alturas

Por Julio Fernández Baraibar*

Entre 1957 y 1959, en la Argentina, se publicó por primera vez en una revista de distribución masiva, Hora Cero Semanal, la historieta El Eternauta.

Era en las postrimerías de la llamada Revolución Libertadora, el golpe oligárquico imperialista que derrocó al gobierno de Juan Domingo Perón en 1955. Ese miserable y criminal gobierno cívico militar estaba llegando a su fin. Ya se habían anunciado elecciones para el año 1958, en las que el movimiento popular mayoritario del país estaría proscripto y su jefe exiliado.

La llamada clase media argentina, ese vasto sector social que creció a la sombra de las políticas industrialistas, de altos salarios y de fomento del mercado interno del peronismo, se ilusionaba con la posibilidad de un gobierno que mantuviera algunos de los logros del peronismo derrocado y proscripto, pero que impidiera lo que consideraba los desbordes plebeyos, el autoritarismo sindical y el empecinamiento nacionalista del régimen depuesto, como La Nación llamaba al peronismo.

El autor literario de El Eternauta integraba y expresaba esa clase media urbana, culta y politizada que veía en la figura de Arturo Frondizi la posibilidad de un “peronismo” sin obreros exigentes y huelguistas, sin universidades obreras ni comisiones internas respondonas. Pero, como suele ocurrir en ese impalpable, sutil y evanescente mundo de la creación artística, el autor literario de El Eternauta, Héctor G. Oesterheld, no sabía que a través de su pluma se expresaban también corrientes subterráneas, invisibles, impulsadas, también inconcientemente, por el propio proceso histórico. Así como el monarquismo de Balzac escondía la presencia inexorable e irreversible de una nueva formación social en la Francia de 1830, la burguesía orleanista, el “desarrollismo” de Oesterheld ocultaba la presencia de fuerzas sociales latentes y reprimidas que en su creación encontraban expresión involuntaria.

Hay en los personajes de el primer El Eternauta algunos de los mitos de aquella clase media de mediados de los cincuenta: la familia celular, el barrio de Vicente López, el profesor de física como manifestación barrial de la tecnología y la ciencia, la aparición del historiador Mosca y su tozuda convicción de que todo eso debe quedar registrado para las futuras generaciones. Y el propio héroe, Juan Salvo, un pequeño burgués arquetípico que, en algún momento, se encuentra con Franco, un obrero metalúrgico, de nombre poco habitual en la clase obrera de aquellos años.

Sabido es que El Eternauta se convirtió, con el paso de los años y las generaciones, en una extraña y reinterpretada representación de la historia del peronismo a partir, justamente, de 1955. El propio autor y su compromiso final terminaron por convertir la historieta en una especie de “Chanson de Rolande” del peronismo posterior a la dictadura cívico militar de 1976.

Pero todo esto es sabido y se han escrito resmas y resmas de reflexiones, comentarios y escolios. Lo interesante es que, hoy, en el año 2020, el mundo entero está viviendo una situación similar a la que describió magistralmente Oesterheld en su obra maestra. El mundo entero no puede salir a la calle porque algo desconocido, nuevo y letal ha ocupado el aire que respiramos. Y aquellos puntos del mapa de Google que no prohiben la salida a las calles ocupadas por el ignoto e invisible enemigo aparecen en las pantallas de todos los televisores del mundo encabezando el ránking de los países con más contagiados y más víctimas.

Un escritor argentino, de profusa imaginación y de sincera y profunda reflexión social, previó, describió y advirtió este escenario hace ya más de cincuenta años. Desde una Argentina donde el pueblo había sido derrotado y se encontraba perseguido y proscripto, un intelectual advertía con una gigantesca y genial metáfora, la crisis general de todo un sistema global.

Bien. Pero resulta que no hace más de dos meses, una gran empresa imperialista de comunicación global, Netflix, anuncia la próxima producción de una serie basada en la obra de Héctor G. Oesterheld, El Eternauta.

Y eso no es todo.

En el prólogo de la obra “La historieta argentina. Una historia”, editado en 2000, escrito por el propio Oesterheld afirmó:

“El héroe verdadero de El Eternauta es un héroe colectivo, un grupo humano. Refleja así, aunque sin intención previa, mi sentir íntimo: el único héroe válido es el héroe ‘en grupo’, nunca el héroe individual, el héroe solo”.

Y resulta que un cura nacido en el barrio de Flores, de pasado obrero, como Franco, el metalúrgico de El Eternauta, ya convertido en obispo de Roma y, por ende, en Papa de la Iglesia Católica, afirma en una lluviosa Plaza de San Pedro, desierta porque las multitudes temen la nevada letal que se ha descargado sobre el mundo: 

Densas tinieblas han cubierto nuestras plazas, calles y ciudades; se fueron adueñando de nuestras vidas llenando todo de un silencio que ensordece y un vacío desolador que paraliza todo a su paso: se palpita en el aire, se siente en los gestos, lo dicen las miradas. Nos encontramos asustados y perdidos (..) En esta barca, estamos todos. Como esos discípulos, que hablan con una única voz y con angustia dicen: ‘perecemos’, también nosotros descubrimos que no podemos seguir cada uno por nuestra cuenta, sino solo juntos”.

Y tan solo un día antes, el presidente de la Argentina, Alberto Fernández, había mencionado al propio Francisco en su llamado a la unidad de todos los seres humanos.

La Argentina deriva su nombre de argentum, de esa plata que buscaban con avidez azorada aquellos toscos españoles, pero mejor que nadie se lo ha dicho Leopoldo Marechal a su discípulo Josef, detrás de quien se ocultaba José María Castiñeira de Dios. Que el poeta complete su profecía y que la historia realice lo que se cifra en el nombre:

5
No te adelantaría mi Didáctica,
si no supiese yo lo que se incuba,
por vocación, en esta provincia de los hombres.
Josef, un ciclo amargo da su fruta en el mundo:
la oscuridad nos miente ya la forma de un dios.
Pero un Rey no visible todavía
está plantando almendras en suelos favorables.
¿Qué me dirías tú si brotara un almendro junto al río
y sus crines de león?
Estudia mis palabras que harán reír a muchos:
yo siempre fui un patriota de la tierra
y un patriota del cielo.
6
El nombre de tu Patria viene de argentum. ¡Mira
que al recibir un nombre se recibe un destino!
En su metal simbólico la plata
es el noble reflejo del oro principial.
Hazte de plata y espejea el oro
que se da en las alturas,
y verdaderamente serás un argentino.

Buenos Aires, 28 de Marzo de 2020

*escritor, guionista, documentalista y político

Sobre las falsas acusaciones al Papa Francisco: respuesta a Verbitsky

Por Aldo Duzdevich*

El domingo 27 de abril, el día siguiente del funeral del Papa Francisco, mientras mil cuatrocientos millones de católicos del mundo, incluyendo de Argentina, estábamos haciendo el duelo por una persona a quien admiramos, respetamos y quisimos, el periodista Horacio Verbitsky, único inventor de la campaña de calumnias y difamación de Jorge Bergoglio, no pudo controlar sus genes de la maldad y volvió a repetir, en su ya devaluada columna radial y escrita, las gastadas mentiras sobre nuestro Papa Francisco.

Durante muchos años Verbitsky fue ganando poder mediático y político que lo convirtió en una suerte de “fiscal patrio”, que, con su dedo señalador, distinguía entre réprobos y elegidos, usando como principal arma la acusación de complicidad con la dictadura y/o con organizaciones “de derecha” de los años setenta. Muchos sufrieron su dedo acusador, que en los últimos años ya tomó un tinte berreta de conventillera de barrio, en su recordada denuncia contra Gines González García o su última obsesión de colgarle el mote de “traidor como Vandor” al gobernador Axel Kicillof.

Por cierto, en materia de acusaciones y sospechas, existe la de su antiguo compañero en Montoneros y colega Miguel Bonasso, quien en septiembre de 2015 declaró: “Verbitsky fue un agente de la Fuerza Aérea y es un entenado de la Fundación Ford.”  Y, un libro de Gabriel Levinas que abunda en información sobre el mismo tema. Ser “agente de la Fuerza Aérea” durante la dictadura es bastante más grave que haber “desprotegido a dos jesuitas”. Pero nadie llevó esa denuncia a la justicia, ni ningún fiscal la tomó de oficio. 

En su última columna dominical, como ya no le quedan contradicciones por contradecirse, optó por la cobardía de no asumir que él fue, y es, la única y exclusiva fuente de la calumnia, y pretende adjudicarle a Emilio Fermin Mignone (ya fallecido), el origen de toda la patraña sobre “la entrega de dos jesuitas”, que él expuso en una veintena de notas en Página 12 y otros medios desde el 2005 a la fecha.

Su mismo diario lo desmiente

El 14 de marzo de 2013, luego de su elección del Papa Francisco, Página 12 realizó una serie de notas críticas contra Jorge Bergoglio. Algunos periodistas del medio decían genéricamente “existen acusaciones contra Bergoglio”, sin aclarar que su fuente era el factotum del diario: Horacio Verbitsky. Pero, otros, más precisos, lo señalaban como el autor de las “sospechas y acusaciones”.

El sacerdote Eduardo de la Serna respondía: “Bergoglio tiene aspectos muy negativos. En el tema derechos humanos, pesa sobre él la sombra de los dos jesuitas desaparecidos en la ESMA: hay firmes sospechas de que participó activamente en eso, tal como lo detalló en notas periodísticas Horacio Verbitsky (en Página/12).”

Reportado el investigador del CONICET Juan Cruz Esquivel decía sobre Bergoglio: “Es muy habilidoso de la lectura del mapa político eclesiástico. Su perfil más conflictivo es lo que denuncia Horacio Verbitsky en su libro, el hecho de haber dado los nombres a la última dictadura militar de los curas que trabajaban en villas.”

Estela de Carlotto decía en el mismo diario: “Hay sombras sobre Bergoglio, el periodista Horacio Verbitsky lo acusa de haber entregado a dos sacerdotes”….

El periodista Luis Bruschtein, en una nota que defendía su diario ante los dichos del vocero vaticano escribió: “Federico Lombardi, el portavoz papal, apuntó contra una “izquierda anticlerical” por las acusaciones contra el papa Francisco, que se publicaron en Página 12 a partir de una investigación de Horacio Verbitsky”.

Una búsqueda en la web de Página 12, arroja que a partir del 2005 existen una veintena de notas de Horacio Verbitsky (HV) con las acusaciones a Jorge Bergoglio, la mayoría de ellas posteriores a su elección como Papa en 2013.  El resto de las notas periodísticas que repiten el relato de la “desprotección a los dos jesuitas”, o citan al autor o hablan genéricamente “existen datos”, “existen acusaciones” … sin especificar que el único autor es Verbitsky.

La campaña contra Bergoglio en 2005

Aunque HV declara que su primer nota conteniendo la acusación contra Bergoglio sobre el tema de los dos jesuitas data de 1999, leyendo las notas de Página 12, desde 2002 hasta 2005, vamos a encontrar que las críticas al entonces Arzobispo de Buenos Aires estaban centradas en sus opiniones contrarias al matrimonio igualitario y el aborto, y las reiteradas opiniones de Bergoglio sobre la persistencia de la pobreza en Argentina, todos temas que generaban rispideces con el gobierno de Néstor Kirchner.

El 2 de abril del 2005 fallece Juan Pablo II y el Vaticano convoca un cónclave para elegir sucesor.

En diciembre del 2002 la revista italiana L’Espresso, aseguró que Bergoglio “es el número uno para la sucesión del Papa” (…) “Si la elección fuera ahora, Bergoglio recibiría una avalancha de votos de los cardenales” aseguró el periodista Sandro Magister.

Sin embargo, en 2005 los diarios argentinos no daban chances a Bergoglio.

El 2 de abril del 2005, el columnista de religión de Página 12 Washington Uranga decía: “Algunos periodistas especializados en cuestiones vaticanas también incluyen en la lista al argentino Jorge Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, pero la mayoría de los observadores le asignan poco respaldo entre los electores.” Y en la misma edición se reproducía una nota sobre apuestas en que Bergoglio “pagaba 1×27” o sea estaba al fondo de la lista.

Pero como es conocido, la elección de un nuevo Papa es un asunto que desvela a las grandes agencias de inteligencia del mundo como la CIA, el MOSSAD, el MI6, el SVR (ruso) entre otros, y cada uno pelea por “meter su cuchara” . Probablemente por el abono de alguna de estas agencias nuestro “fiscal patrio” HV tomó conocimiento que el argentino Bergoglio tenía firmes chances de convertirse en el primer Papa latinoamericano, y decidió impulsar una rápida maniobra de último momento.

El día 15 de abril de 2005, tres días antes del encierro del cónclave, el abogado Marcelo Parrilli amigo de HV e integrante del CELS, presentó de apuro, sin nada que justificara semejante urgencia, una denuncia penal contra Jorge Bergoglio en el marco de la causa ESMA  para que se investigue la responsabilidad penal que “pudiera caberle” a Bergoglio en la “privación ilegítima de la libertad” de Yorio y Jalics. La denuncia, se basaba en las notas de Verbitsky en Página/12 y acompañaba como “prueba documental” dos de ellas.

Por supuesto manos eclesiales (ultraconservadoras) pocas amigas de Bergoglio se ocuparon rápidamente en circular profusamente esta denuncia acompañada de las célebres notas de nuestro “fiscal patrio”. El periodista Marcelo Larraquy escribió que las sospechas del “panfleteo” de la denuncia recaían sobre Esteban Caselli y Monseñor Aguer.

Regodeándose, en un reportaje que le hace Victoria Ginzberg el 24 de abril, HV dice: “pero por suerte, o gracias a Dios, el Espíritu Santo eligió a un alemán, o sea que el problema lo va a tener Schroeder y no nosotros…”

¿Pudo haber sido Papa Jorge Bergoglio en 2005? . Luego, nos enteramos, que en un momento llegó a los 40 votos, y declinó su postulación para evitar prolongar las votaciones y permitir el triunfo de Ratzinger . ¿Cuánto influyó la “opereta” de último minuto de HV?. No lo sabemos. Pero es claro que recibió la información de fuentes de inteligencia extranjera y se mandó la vieja operación de presentar una denuncia sin pruebas (ante un juez “impoluto” como Oyarbide)  para que “la justicia investigue”.

El fallo judicial que desestimó la denuncia

Seis años después, el 28 de diciembre de 2011 el Tribunal Oral Federal N° 5, integrado por los jueces Daniel Obligado, Germán Castelli y Ricardo Farías, evaluó detenidamente las pruebas y testimonios relacionados con este caso. En la sentencia dictada, el tribunal concluyó que no existían elementos que vincularan a Bergoglio con la entrega o facilitación del secuestro de los sacerdotes. El juez Castelli afirmó: “Es totalmente falso decir que Jorge Bergoglio entregó a esos sacerdotes. Lo analizamos, escuchamos esa versión, vimos las evidencias y entendimos que su actuación no tuvo implicancias jurídicas en estos casos. Si no, lo hubiésemos denunciado.»

Cabe aclarar, que, en los extensos fundamentos de este fallo, pueden leerse todos y cada uno de los argumentos con los que Verbitsky construye su relato, pero a pesar que el detenido análisis de las pruebas presentadas y lo concluyente del fallo del 2011, esto no es obstáculo para que en los años posteriores y hasta el día de la fecha HV siga repitiendo los mismos gastados argumentos que fueron desestimados por el tribunal oral.

Pero, como todos sabemos en nuestro país hay dos tipos de justicia, la de los tribunales y la de los diarios. Y quien todavía no ha sido sometido a ningún tipo de investigación judicial por su sospechosa actuación durante la dictadura, ha sido nuestro “fiscal patrio”. Sera porque nadie se tomó el trabajo de juntar todos los elementos que circulan en su contra, y/o porque por suerte, no ha sido propuesto para Papa o para jefe del infierno.

¿Quién “desprotegió” a miles de jóvenes militantes?

Antes de pasar a detallar las sombras oscuras que se ciernen sobre el pasado de nuestro “fiscal patrio” es conveniente hacer luz sobre el contexto en el cual, el terrorismo de estado, secuestró y asesinó miles de jóvenes, muchos de los cuales, tenían vínculos directos o indirectos, con la organización Montoneros, a la cual pertenecía en esos años Horacio Verbitsky.

En Abril de 1977 Gabriel García Márquez entrevistó a Mario Eduardo Firmenich quien le dijo: “A fín de octubre de 1975, cuando todavía estaba en el gobierno Isabel Perón, ya sabíamos que se daría el golpe dentro del año. No hicimos nada para impedirlo porque, en definitiva, también el golpe formaba parte de la lucha interna en el movimiento peronista. Hicimos en cambio nuestros círculos de guerra, y nos preparamos a soportar, en el primer año, un número de pérdidas humanas no inferior a 1500 bajas. Nuestra previsión era ésta: si logramos no superar este nivel de pérdidas, podíamos tener la seguridad de que tarde o temprano venceríamos.”

Goyo Levenson tesorero del Movimiento Peronista Montonero refiere un diálogo con Roberto Perdía en su libro “De los bolcheviques a la gesta montonera”. Cuando Goyo le solicitó dinero para una familia de exiliados, el jefe montonero respondió: “Mirá, cuando se resolvió pasar a la clandestinidad, sabíamos que quedaban muchísimos compañeros desprovistos de seguridad. Las listas que llegaron eran catastróficas, los presupuestos sumaban millones de pesos. Entonces, decidimos no financiar nada, nos hubiera dejado sin fondos para hacer política y por otro lado hubiéramos tenido a muchos de esos 5000 militantes que se hubieran trasladado al exterior rompiendo las pelotas en el exilio”. “Yo le contesté (dice Goyo) ‘cuantos de los muertos y desaparecidos estarían hoy con vida entre nosotros?’ y allí terminó mi diálogo con Perdía.”

Mi amigo Eduardo E. suele referirse al tema: “cuando leí en un documento interno que si solo quedaba vivo el diez por ciento de la organización íbamos a vencer… entendí que yo estaba dentro del 90% de los que iban a morir, así que rompí con la organización y me fui al exilio, previo amenazas de condena de muerte por uno de mis mejores amigos.”

La realidad de aquellos años, es que la única protección real que podía tener un militante vinculado en forma directa o indirecta con un grupo armado y sus organizaciones de superficie, era irse del país. Y justamente la política de la organización Montoneros a la cual pertenecía HV y varios de los jóvenes secuestrados que trabajaban junto a Yorio y Jalics, era no dejarlos salir del país, bajo amenaza de ser desertores.

Recordemos que el 20 de marzo del 2013 el padre Francisco Jalics declaró: «Estos son entonces los hechos: Orlando Yorio y yo no fuimos entregados por el Padre Bergoglio. Como ya en mis declaraciones anteriores dejé en claro, fuimos detenidos debido a una catequista, quien primero trabajó con nosotros y más tarde se unió a la guerrilla . Por 9 meses no la vimos más. Dos o tres días después de su detención, fuimos detenidos también nosotros.”

Como ya lo expliqué en forma muy detallada en mi libro Salvados por Francisco, el nombre de esa ex monja era Monica Quinteiro, quien había ingresado a Montoneros y lideraba un frente de superficie de la organización, llamado Cristianos para la Liberación, del cual participaban los otros siete jóvenes secuestrados y desaparecidos que trabajaban con los dos jesuitas.

En definitiva, esos jóvenes cruelmente torturados y asesinados por la represión, formaban parte de las 1500 “bajas”, que Firmenich previo, como si fuese el desembarco en Normandía, o de los cinco mil que “estarían rompiendo las pelotas en el exilio” según Roberto Perdía.

Queda claro, que si alguien se caracterizó por no proteger a sus militantes de la represión salvaje que se vivía, fue la organización Montoneros, en la cual, Horacio Verbitsky, era “alto oficial de inteligencia”. 

 Las sombras oscuras sobre el “fiscal patrio”

El cuatro de noviembre de 2007, Jorge Fontevecchia le hizo un largo reportaje a HV quien dijo entre otras cosas: “Ingresé a Montoneros a fines de 1972. Antes participé previamente en las FAP (…) En el ´73, trabajé en el diario Noticias, y luego del golpe del ´76, participé de una red de difusión de información clandestina (ANCLA) hasta que me quedé solo, porque, entre los que habían sido asesinados o secuestrados y los que se habían ido del país, no quedaba más nadie. Y ahí, a fines del 77, terminó mi experiencia.” (…) “Participé en enfrentamientos armados, y por suerte no murió nadie, porque me sentiría muy mal”

Jorge Fontevecchia pregunta:

—¿Cómo hizo para sobrevivir la represión de la dictadura?

—No hice nada especial. Tuve la suerte de que ninguna de las personas que me conocían me nombraran en una sesión de tortura.

—Con la cantidad de desaparecidos que hubo, usted debe haber pensado mucho sobre su suerte. ¿Cree en el destino?

—“Yo no era una persona importante dentro de la estructura de Montoneros. Hay mucha gente que proyecta retrospectivamente, pero yo no era el que soy hoy, tenía un bajo nivel.”

—¿No es excepcional lo que a usted le pasó?

—“No, porque el núcleo militante del cual formé parte, no era de centenares, de miles de personas, sino que toda la fuerza política vinculada con la Juventud Peronista, con Montoneros, era de millones de personas, y en el país hubo treinta mil desaparecidos. O sea que de ninguna manera es excepcional.”

Esta última respuesta es escandalosamente mentirosa. En 1976/77 Montoneros no era una fuerza de millones de personas de los cuales mataron treinta mil (faltó la expresión “casi nada”). A fines de 1976 Montoneros pudo tener un máximo de diez mil personas de los cuales el nivel “combatiente” al que pertenecía HV nunca superaron los 500/600. 

Es raro que diga que tenía nivel muy bajo (y que por eso no lo secuestraron) siendo que participó en enfrentamientos armados. Nivel muy bajo tenían los siete catequistas secuestrados días antes del secuestro de Yorio y Jalics. Nivel bajo tenían centenares que chicos de la UES que fueron asesinados.

Archivos como el de Roberto Baschetti , permiten reconstruir los integrantes de cada área y las fechas de sus caídas. En el caso del Área Inteligencia y posterior ANCLA la nómina es la siguiente: Paco Urondo caído el 17-06-76, Eduardo Suarez el 12-08- Talbot Wright, Héctor Eugenio el 16-10-76; Norma Bastsche Valdés el 15-12- 76, su pareja Carlos Bayón el 22 -12-76; Miguel Coronato Paz el 11-02-77; Salgado José María el 12-03-77; Rodolfo Walsh 76; el 25-03-77; Mario Galli el 12-06-77; Adolfo Infante Allende el 13-06-77; Luis Alberto Vilellia el 13-06-77; Lila Pastoriza el 15-06-77. Supuestamente Salgado, salvajemente torturado, fue quien le dio la “cita envenenada” a Walsh; y en las caídas de junio puede verse claramente el efecto dominó. El último del ANCLA en caer es Luis Guagnini (también periodista) el 21 de diciembre de 1977.

Solo dos integrantes siguieron vivos: Carlos Aznárez, quien se exiló en España a mediados del 77, y Horacio Verbistky, que permaneció en Buenos Aires y “tuvo suerte que nadie lo mencionó en la tortura”.  La nómina, que puede tener algunos nombres más, indica que no eran ni miles, ni millones los cuadros montoneros en 1976 y 1977.

Sin duda Verbitsky fue un hombre de mucha suerte. No solo nadie lo molestó porque “no era una persona importante en Montoneros”, sino que además consiguió un trabajo periodístico que le ofreció su amigo, el comodoro retirado Juan José Güiraldes, quien en el prólogo de su libro “El poder aéreo de los argentinos” destaca: “este libro no hubiera podido llegar a la prensa de no haber recibido el permanente aliento y eficaz colaboración de Horacio Verbitsky”.

No es censurable ganar unos pesos escribiendo. Lo extraño es que el libro lo publicó el Circulo de la Fuerza Aérea, que según reza su página web: “Se considera socio del Círculo de la Fuerza Aérea a todo el Personal Militar Superior de la Fuerza Aérea en actividad o en situación de retiro”. O sea, un sitio poco recomendable para ir a trabajar en 1979 con antecedentes de ex combatiente montonero. Justo en un año que Firmenich mandaba sus cuadros a la contraofensiva y los militares desataban una terrible cacería de los militantes que ingresaban al país.

En esos años muchos evitábamos pasar por la esquina de la comisaría, por las dudas. Pero Horacio pudo trabajar en el centro de Buenos Aires sin ser detectado por ningún servicio de inteligencia, ni ningún “quebrado” de los que sacaban a marcar gente. Y nadie de los servicios de la Fuerza Aérea leyó la primera hoja del libro donde figuraba un conocido periodista del diario Noticias, propiedad de Montoneros.

Todos estos datos y muchos elementos de prueba más fueron expuestos en el libro “Doble agente: La biografía inesperada de Horacio Verbitsky” de Gabriel Levinas de agosto del 2015. En su descargo HV admite haber trabajado en el libro de Guiraldes y haber cobrado del Círculo de la Fuerza Aérea por ese trabajo, pero desmiente haber sido redactor de los discursos del Brigadier Graffigna.

Si bien Gabriel Levinas es un periodista que pertenece “al otro lado de la grieta” entonces sus investigaciones pueden ser consideradas tendenciosas por algunos. El siguiente acusador Miguel Bonasso no solo fue un alto exponente del kirchnerismo, sino que además fue un destacado militante montonero compañero de Verbitsky en aquellos años de plomo.

¿Quién entregó a Walsh?

En uno de los programas de Canal Encuentro que hacía Verbitsky de auto homenaje, acusó que Miguel Bonasso “había desprotegido” a Rodolfo Walsh al no llevarle los pasajes para huir del país y eso motivo que cayera asesinado por la patota de la ESMA.

Bonasso estalló en furia y contra acusó a HV de ser agente de la Fuerza Aérea y además de ser sospechoso de haber “entregado” a Rodolfo Walsh ya que fue uno de los últimos que lo vio con vida.

“Verbitsky, el ghost writer del brigadier Graffigna, que sale por el Herald a defenderlo, inventa pérfidamente que Rodolfo murió por mi culpa”, sentenció Bonasso, en una catarata de mensajes en la red social Twitter.

“Verbitsky fue un agente de la Fuerza Aérea y es un entenado de la Fundación Ford. Sale a atacarme ahora porque es él quien está en la mira. Si «sabía» que yo dejé caer a Walsh, por qué se demoró 38 años en decirlo. ¿Por qué me trató como colega durante todos esos años?”, replicó.

Consultado sobre por qué piensa que el columnista de Página 12 realiza tal acusación, Bonasso expresó: “Él invierte los hechos, porque él no hizo nada para atenderme, él era el nexo para que yo me vea con Walsh. Hay un viejo odio, él no da puntada sin hilo, él es un oficial de inteligencia, creo que es correcto la calificación de ‘doble agente’ que hace el libro de Gabriel (Levinas)”.

Por su parte, invitado al programa radial, Levinas le preguntó a Bonasso sobre un episodio: “Cuando lo agarran a Salgado (la persona que puso la bomba en la Policía), lo agarran meses después de ese atentado y él cuenta que sus jefes eran Walsh y Verbitsky. Salgado es al mismo tiempo el que hace la cita falsa por la que cae Walsh, la pregunta es: Cae Salgado y cae Walsh ¿por qué no cae Verbitsky?, a lo que Bonasso respondió: “Es la pregunta del millón”.

El autor de «Recuerdo de la Muerte» recordó que su jefe en Montoneros, Carlos “El Oveja” Valladares, le ordenó en 1977 -cuando estaba en la clandestinidad- invitar a Walsh a que viaje a Roma para participar del lanzamiento del Movimiento Peronista Montonero. «Me dijo que lo contactara a través de terceros para una cita», precisó Bonasso. Entonces, se reunió con otro de sus compañeros, Luis Guagnini, y le pidió que tomara contacto con Verbitsky para llegar a Walsh. «Pero Verbitsky no fue a la cita conmigo. ¿Por qué no fue?», se preguntó Bonasso. Y recalcó: «Yo cumplí con mi orden».

“Su intriga debe tener alguna finalidad. ¿Por qué la ejerce ahora, treinta y ocho años después de los hechos? Me lleva a pensar algo que entonces no atiné a pensar. ¿Actuó como portero de Walsh negándome el acceso a él? Sea cual fuere la respuesta algo me queda claro al final de cuentas: al no pasarme una cita con Rodolfo, al no venir él mismo a una cita conmigo, es por acción u omisión responsable directo de su caída», concluye Bonasso

Bueno, como podemos apreciar hay suficientes elementos y testimonios para calificar la conducta de Horacio Verbitsky durante la dictadura como sospechosa de complicidad, de actuar como agente encubierto para delatar a sus compañeros y entregarlos a la represión empezando por su jefe directo en la organización Rodolfo Walsh.

Existen muchos más elementos para acusarlo a él, que los que él tuvo, para presentar una denuncia trucha ante Oyarbide de mano de su socio Marcelo Parrilli en 2005 y crear toda esta historia de desprestigio sobre nuestro Papa Francisco.

Los argentinos hemos hecho una doctrina inapelable: los conceptos de memoria, verdad y justicia.

Si defendemos la memoria y la verdad, porque todavía no sabemos cómo hizo Horacio Verbitsky para sobrevivir a la dictadura con su nombre legal, viviendo y trabajando en pleno centro porteño y cobrando como escritor del Círculo de la Fuerza Aérea.

Si defendemos la justicia, por qué todavía no lo investigó ningún fiscal o querellante que lleva la causa de Rodolfo Walsh y de los doce miembros del ANCLA que no sobrevivieron y no pudieron expresar sus dudas sobre quién los delató.

En fin… habría mucha tela para cortar, mucho por investigar, muchas preguntas que hacer, a nuestro “fiscal patrio”.  Pero, la vocación de miserable no es para todos, algunos nacen con esa marca en el alma y disfrutan de joder gente sea un ministro de salud, un joven gobernador o un Papa.

* Escritor autor de La Lealtad- Los montoneros que se quedaron con Perón y Salvados por Francisco

¿Cómo pudimos llegar a esto? Parte 6

 Por Omar Auton

Las OLP y la CGT

   La sigla que precede este párrafo significa simplemente Organizaciones Libres del Pueblo y constituyen el pilar central de la Comunidad Organizada pero también del modelo de democracia social que Perón nos legó construir en su Modelo Argentino para el Proyecto Nacional, como ya ha corrido suficiente tinta explicando que, quizás, aquí reside una de las grandes diferencias del peronismo con otros sistemas surgidos en el siglo XX en Europa, en la medida que el peronismo las piensa no como instrumentos regimentados desde el poder político sino precisamente a la inversa, como absolutamente separadas de él, generadas por el pueblo como forma de organizarse para alcanzar sus objetivos y como apoyo pero también control de las acciones del poder popular, recuperan en este tiempo una centralidad que jamás deberían haber perdido.

   Ese carácter lo reunían las mutuales y cooperativas que en el protoperonismo ya habían surgido, por ejemplo entre los diferentes grupos migrantes, el peronismo no inventa o crea estas formas organizativas, las promueve y protege porque confía que si la masa trasciende a pueblo a través de su organización y adquisición de la conciencia colectiva común, son estas organizaciones una expresión clara, nítida de ello, pero es menester que conserven su independencia del poder porque no son una correa de transmisión, de arriba a abajo, de la voluntad del conductor, sino una fuerza ascendente de las demandas y necesidades populares, de abajo hacia arriba.

   Si hay una que es paradigmática, esa es la organización sindical, durante años habían sido el instrumento de los partidos de izquierda para llevar adelante su lucha política, la tradicional fuerza centrífuga de la izquierda tradicional se trasladó a las organizaciones sindicales anarquistas, socialistas y comunistas, la historia de los primeros cuarenta años del siglo XX son un muestrario de la creación de sindicatos y centrales y su permanente división y subdivisión, la mayor parte de las veces por el traslado a nuestras tierras de las polémicas y enfrentamientos internos de las Internacionales Socialistas y Comunistas europeas.

   La constante de sus documentos y proclamas fue el lenguaje de los militantes europeos, las interpretaciones de la realidad argentina a la luz de las categorías europeas y su anclaje en la clase trabajadora inmigrante de los centros urbanos, el desprecio por lo que llamaban “La Política Criolla”, la subestimación del proletariado rural y de los obrajes madereros o azucareros, el desconocimiento absoluto por nuestra historia, identidad y cultura y el permanente intento de involucrar a los trabajadores argentinos en los conflictos internacionales.

   Si bien ya en la década del 30 había comenzado a tomar fuerza una corriente autodenominada “Sindicalista” que demandaba priorizar las demandas y problemas locales, la realidad que vivían nuestros hombres y mujeres trabajadores, más allá de la filiación política de sus dirigentes, es con la llegada multitudinaria de una inmigración distinta, la interna, la de nuestros compatriotas de las distintas provincias que se volcaban a las ciudades en busca de trabajo, ante la aparición de la industria que crecía aceleradamente debido al corte de la llegada de manufacturas a raíz a las guerras mundiales y la falta de trabajo en el campo especialmente a partir de la crisis de 1930 y más tarde la segunda guerra mundial.

   Perón descubre que hay un nuevo protagonista en la sociedad argentina, que, a la oligarquía tradicional, la clase media surgida a partir de las actividades de servicios de la Argentina incorporada a la economía británica, le aparecía un nuevo sector, tan desconocido que era despreciado y vilipendiado por las clases dominantes, ganadas por la admiración a Gran Bretaña y Francia y la subestimación al criollaje.

   Allí nace una alianza indestructible entre Perón y los trabajadores argentinos, que junto a los sectores nacionalistas e industrialistas de las FF. AA, sectores de la iglesia y una parte, menor, por cierto, del empresariado industrial emergente, dieron nacimiento a un Movimiento de Liberación Nacional llamado Peronismo.

   Una década prodigiosa lo tuvo como protagonista, defendiendo el proceso revolucionario y afirmando su organización definitiva, el sindicato único por actividad, la central única en la Confederación General del Trabajo, la representación política a través del tercio sindical en las cámaras legislativas, el diálogo permanente con Perón no sólo en los actos multitudinarios sino en la asidua concurrencia de Perón a la CGT a dialogar con sus dirigentes, sí a no sorprenderse el General Juan Domingo Perón en persona iba él a la central obrera semanalmente a dialogar con los sindicalistas, luego de su muerte ningún líder peronista mantuvo esta práctica, muchos inclusive, trataron de evitar todo lo posible esos encuentros, a medida que pasaron los años fue cada vez peor.

   El movimiento obrero fue la columna vertebral del peronismo, puso la mayor parte de las víctimas en el salvaje bombardeo de junio de 1955 a la Plaza de Mayo, fue proscripto, perseguido y encarcelado durante la Fusiladora, asesinado en los basurales en Junio de 1956, encarcelado y torturado durante el Plan Conintes de Frondizi, encabezó la Resistencia Peronista, puso los primeros “desaparecidos” como Felipe Vallese, organizó el frustrado retorno de Perón en 1964, detenido por los militares golpistas de Brasil a pedido del “demócrata” Illia, bajo cuyo gobierno ya habían sido asesinados los obreros Mussi, Retamar y Méndez al reprimirse un acto en conmemoración del 17 de octubre, enfrentó a Onganía y unido a los estudiantes universitarios de Corrientes, Rosario, Córdoba y Gral. Roca, lo obligaron a renunciar poniendo fin a sus sueños de gobernar indefinidamente y lograron el histórico regreso de Perón a la patria aquel inolvidable 17 de noviembre de 1972.

El tercer gobierno de Perón, interregno de Isabel y la Dictadura. –

   Hasta aquí, si bien someramente, me he tratado de detener en la demostración que el regreso de Perón a la patria y su tercer gobierno fueron el resultado de 18 años de lucha de la Resistencia Peronista y de ninguna manera de la aparición de los grupos armados que no existían cuando los trabajadores y estudiantes protagonizaron las puebladas que echaron a Onganía, sería demasiado ingenuo suponer que en apenas dos años hayan logrado derrotar a las fuerzas armadas e imponer el regreso del líder, es mas en 1972 la mayor parte de sus militantes y dirigentes estaban presos o habían sido muertos por las fuerzas de seguridad, en especial Montoneros, que se han atribuido este hecho histórico cuando sus principales líderes, Fernando Abal Medina, Carlos Gustavo Ramus, Carlos Capuano Martínez, Emilio Maza, José Sabino Navarro habían sido muertos por la represión, otros estaban presos o fuera del país.

    Si podemos decir que muchos dirigentes sindicales como Augusto T. Vandor (1969) José Alonso (1970) habían sido asesinados por estos grupos que entendían que bastaba la condena de un grupo de iluminados al accionar de un dirigente para asesinarlo en nombre del socialismo (ERP) o del ¡Peronismo! (Montoneros), incluso luego de la victoria electoral del 11 de marzo de 1973, como fue el caso de Dirk Kloosterman en mayo de 1973.

   A fin de seguir desarmando una historia falaz digamos que el llamado “sindicalismo combativo” tampoco estuvo en las luchas del 69, Tosco participó en el Cordobazo, pero su organización y conducción estuvo a cargo de dirigentes peronistas enrolados en la Confederación General del Trabajo como Elpidio Torres (SMATA) y Atilio López (UTA).

Los famosos gremios clasistas de Córdoba Sitrac y Sitram no participaron ya que la Fiat decidió licenciar a su personal de Materfer y Concord el día 29 de mayo, y René Salamanca aún no era dirigente de esas organizaciones.

   Pero volvamos al 73, Cámpora y Solano Lima asumen el gobierno el 25 de mayo de 1973, designados por Perón que estaba proscripto por una cláusula de Lanusse, en Economía asume José Ber Gelbard y de inmediato se implementa el Pacto Social, destinado a bajar la inflación, recuperar el salario y ordenar la economía, todo bajo la conducción de Juan Domingo Perón, los grupos armados seguían actuando más allá de haber asumido un gobierno democrático y elegido por el pueblo, así el ERP atacó el Comando de Sanidad en plena Capital Federal y Montoneros se enfrentó con la seguridad del palco en Ezeiza el 20 de junio frustrando el reencuentro de Perón con su pueblo.

   El 23 de setiembre la fórmula Perón-Perón triunfa en las elecciones convocadas a fin de sanear la acefalía producida por la renuncia de Cámpora, y 24 horas después Montoneros asesina al Secretario General de la CGT José Ignacio Rucci, asestando un golpe demoledor al regreso al poder de Perón en la patria. Digo demoledor porque Rucci no sólo era el jefe indiscutido del movimiento obrero sino una de las columnas que sostenían el Pacto Social, política central de Perón para sacar al país del marasmo luego de 18 años de gobiernos ilegítimos, era considerado como un hijo por el general.

   Apenas un año después, el 1 de julio de 1974 muere Juan Domingo Perón, en apenas un año había llevado a los trabajadores a percibir el 50% del PBI, logro que solo se había alcanzado en la década 1945-1955, la inflación estaba controlada, el movimiento obrero tenía una numerosa representación parlamentaria y estaba férreamente unido en la CGT.

   Luego de su muerto el gobierno perdió gran parte de su impulso, no obstante se promulgó la Ley 20.744 de Contratos de Trabajo, que aún está vigente más allá de las mutilaciones de la dictadura, que ningún gobierno democrático se atrevió a remediar, Isabel Perón carecía del liderazgo que era necesario, no es un cargo contra ella, ningún dirigente peronista de la época lo hubiera hecho mejor, en 1975 se produjo un duro enfrentamiento a raíz de las medidas económicas dispuestas por el nuevo ministro de economía Celestino Rodrigo, un shock económico de carácter liberal que incluía un tope a las negociaciones colectivas. Por primera vez en la historia la CGT dispuso un paro general contra un gobierno peronista, el 27 de junio se produjo una concentración multitudinaria en Plaza de Mayo, reclamando la renuncia de los ministros de Economía, Rodrigo y de Bienestar Social, José López Rega, así como la homologación de los acuerdos paritarios alcanzados, Isabel rechazó el reclamo y la CGT declaró un paro general por 48 has los días 7 y 8 de Julio, logrando no solamente la homologación reclamada sino la salida de ambos ministros del gobierno.

   En realidad la oligarquía y el poder económico concentrado reunidos en la APEGE estaban lanzados a derribar al gobierno, el movimiento obrero logró la designación de Antonio Cafiero en Economía y de Carlos Ruckauf en Trabajo y comenzó un intento de recuperar la iniciativa, advertidos que el peronismo era capaz de retomar su programa histórico y contaba con el apoyo total de los trabajadores, los militares golpistas que ya habían colocado a Eduardo Massera y Jorge Rafael Videla como jefes de la Armada y del Ejército se dispusieron a acelerar el golpe.

   La CGT y las 62 organizaciones se constituyeron en el único sostén del gobierno de Isabel Perón, los grupos terroristas también aceleraron su accionar atacando cuarteles militares, iniciando un foco de guerrilla rural en Tucumán y asesinando dirigentes como Rogelio Coria, todo ello bajo la consigna “Hay que profundizar las contradicciones”, considerando que la caída del gobierno democrático iba a conducir a un enfrentamiento del pueblo, conducido por su “vanguardia armada” o sea ellos, con las fuerzas armadas y que la segura victoria llevaría a superar al peronismo, que era una expresión burguesa, e implantar el socialismo, de los resultados de este mesianismo terrorista, no voy a hacer comentarios, hay decenas de libros sobre ello, pero sí de las consecuencias que tuvo para el movimiento obrero.

El Movimiento Obrero frente a la última dictadura. –

   Si el golpe del 24 de marzo de 1976 fue la continuidad superadora en crueldad, profundidad y decisión de producir una transformación conservadora definitiva en la Argentina, el movimiento obrero estuvo en la mira prioritaria de estos vendepatrias.

 Ley 21.400 prohibiendo cualquier acción concertada de protesta.

Ley 21.261 suspendiendo el derecho de huelga

Ley 21.356 prohibiendo todo tipo de actividad gremial, asambleas, reuniones, elecciones, hasta se facultaba a los interventores militares en los sindicatos a nombrar a los delegados gremiales.

Ley 21.263 que eliminó el fuero sindical.

Ley 21.259 por la que se reimplantaba la Ley de Residencia.

Ley 22.105 que derogó la Ley 20.615 de Asociaciones Sindicales y eliminaba las entidades de tercer grado, o sea la CGT.

Ley 21.297 que derogó 27 artículos de la Ley de Contratos de Trabajo y modificó otros 99, el principal autor de la ley 20.744, Norberto Centeno fue secuestrado junto a varios abogados laboralistas en la “Noche de las corbatas” entre el 6 y el 8 de julio de 1977.

Decreto 385/77 que dio de baja a todas las afiliaciones a los sindicatos de la República Argentina, obligando a que cada trabajador tuviéramos que ratificar nuestra afiliación ante la oficina de personal en medio de la represión. Fue emitido el 11 de febrero de 1977 y daba plazo hasta el 10 de abril de ese mismo año para ratificar la afiliación. El 11 de abril, 24 hs después de expirado el plazo era secuestrado Oscar Smith, Secretario General de Luz y Fuerza que encabezaba un conflicto en defensa del convenio colectivo. Fue la primera gran derrota de la dictadura ya que culminado el plazo la cantidad de trabajadores sindicalizados no sólo no bajó sino que se incrementó, ya que muchos que no estaban afiliados lo hicieron.

   Es claro que querían borrar del mapa al movimiento obrero peronista, para ello además de liquidar sus conquistas, sus organizaciones y hasta a sus dirigentes (el 70% de los desaparecidos eran trabajadores y muchos de ellos delegados gremiales o dirigentes).

    Sin embargo, la resistencia de los trabajadores organizados comenzó casi de inmediato, el mismo día del golpe los trabajadores de IKA-Renault en Córdoba iniciaron un trabajo a reglamento, en abril fue la planta de General Motors en Barracas y al mes siguiente la Mercedes Benz y la Chrysler de Monte Chingolo, todas ellas por reivindicaciones salariales, la represión de los militares obligó a variar las formas de lucha y reaparecieron los sabotajes, Renault denunciaba caídas en la producción de un 85%, En la planta de Dálmine se denunciaba que el 30% de las chapas salían fisurados, similar situación se daba en General Motors con un 25% de los autos dañados, Peugeot anunciaba sabotajes en los bloques de motor, también vivieron duros conflictos los metalúrgicos, los portuarios y comenzó el conflicto de Luz y Fuerza, a raíz del cual fue secuestrado Oscar Smith

   Muchos gremios habían sido intervenidos y la mayoría de sus dirigentes encarcelados, se produjo una división en las organizaciones no intervenidas y mientras ocho dirigentes (Baldassini de Correos, Valle de seguros, Elorza de Gastronómicos, Horvath de ATE, Hugo Barrionuevo de Fideeros, Perez de Camioneros, entre otros) acompañaba al Ministro de Trabajo, Gral. Liendo, a la OIT, paralelamente se conformaba la Comisión de los 10 con gremios de peso como Luz y Fuerza, (Smith) taxistas (Roberto García), metalúrgicos (Guerrero) y papeleros (Donaires).

   1977 fue el año de conflictos en subterráneos y ferroviarios, en 1978 la revista Mercado habla de 4000 conflictos a lo largo de ese año, 1300 en la primera mitad, destacándose los de portuarios, la empresa Fiat y el frigorífico Swift de Rosario. El año 1979 comenzó con un conflicto en la metalúrgica Ohler, en abril los 3800 obreros de Alpargatas iniciaron un paro por tiempo indeterminado, fueron tomadas las plantas de Cura Hnos., IME y La Cantábrica y un nuevo conflicto en Swift, esta vez de Berisso derivó en una pueblada de los vecinos en apoyo a los huelguistas.

   Pero 1979 fue, además el año del primer paro general contra la dictadura, convocado por la Comisión de los 25 el sector combativo de los dos en que se dividió el sindicalismo, lo convocó para el 27 de abril, integraban la comisión: Saúl Ubaldini (Cerveceros), José Rodríguez (SMATA); Roberto García (Taxistas), Raúl Ravitti (Ferroviarios) Cabrera (Mineros) Moret (Luz y Fuerza) y una gran cantidad de seccionales de la UOM, encabezadas por Alberto Campos, rebeldes a la conducción de Marcos, aliado en la CNT, junto a Triacca y Baldassini y gremios intervenidos.

   De acuerdo a la Policía Federal y pese a haber sido convocado con sus dirigentes encarcelados, 1.500.000 trabajadores adhirieron a la medida.

   Poco tiempo después la Comisión de los 25 se organizó como CGT-Brasil oficializando la ruptura con los gremios colaboracionistas y comenzaron las marchas a la iglesia de San Cayetano bajo la consigna “Pan, Paz y Trabajo”, reuniendo en la primera a más de 30.000 personas pese a la vigencia del Estado de Sitio.

   Mientras tanto seguían los conflictos en metalúrgicos, en 1981 hubo dos paros nacionales de Smata y el 22 de Julio se llevó a cabo el segundo paro nacional contra la dictadura convocado por la CGT Brasil que tuvo un acatamiento superior al de 1979, incluso muchos pequeños comerciantes y empresarios cerraron sus puertas agobiados por la crisis económicas.

   En marzo de 1982 se produjo la histórica marcha convocada, una vez más por la CGT Brasil, esta vez hacia Plaza de Mayo, encabezada por Saúl Ubaldini y Lorenzo Miguel, tuvo carácter multitudinario, desatada la represión hubo enfrentamientos en el centro de Buenos Aires durante horas y cientos de detenidos, entre ellos la conducción sindical.

   Es muy importante que se conozca la realidad de la lucha sindical de esos años, mientras  Raúl Alfonsín cenaba habitualmente con Albano Harguindeguy y en ocasión de la visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, en 1979 rehusó concurrir a dialogar, alegando un viaje programado con anterioridad, al igual que su partido la UCR, el único partido político que se presentó formalmente denunciando los atropellos de la dictadura, los asesinatos, desapariciones, presos sin juicio, censura, etc. en un documento firmado por Deolindo Felipe Bittel y Herminio Iglesias como autoridades, fue el Partido Justicialista.

   La dictadura se desbarrancaba, la guerra de Malvinas aceleró los tiempos y ya a fines de 1982 reaparecían algunos viejos políticos y los más viejos aún partidos que habían sido cómplices del golpe del 24 de marzo de 1976 y habían dado asesores, intendentes y funcionarios a la dictadura, pronto los luchadores se transformarían en cómplices y los cómplices se mostrarían como adalides de la democracia, pero esa es otra historia.

Fuentes seguras. LLévalos a un punto del que no puedan salir

Hace meses que los emergentes multipolares no forman parte del análisis internacional. Esto desequilibra el diagnóstico y presenta a China y a Rusia, lejos de sus aliados. Pero la realidad existe.

Por Gabriel Fernández * 

Mientras la información internacional involuciona de las tierras raras a las cosas raras, mientras conceptos como protección pasan a formar parte de la lista de delitos económicos, y mientras toda nación impulsora de su desarrollo industrial vuelve a ser catalogada como autocrática y violenta, una parte mayoritaria del planeta ratifica su andar circunspecto y reservado. Lo hace mediante fórmulas elásticas y, al mismo tiempo, controladas por poderes públicos dispuestos a mejorar sus indicadores internos y establecer vínculos que potencien su capacidad productiva sin afectar preceptos soberanos.

En este tramo de la historia, caracterizada en las Fuentes como El sendero de la multipolaridad, las naciones emergentes vienen logrando avances sin precedentes que pueden mensurarse y cuyos resultados están más allá de la voluntad de los observadores. Por empezar, este conjunto obtiene, desde hace un lustro aproximadamente, tasas de crecimiento, ahorro e inversión bastante más elevadas que las de los países de habitual llamados centrales; se ha constituido así en el principal motor de crecimiento global y en vanguardia científico técnica.

EL EMERGER. 

La construcción registrada en ese espacio planetario denota una intensa priorización de las inversiones productivas y, en sintonía, un acotamiento del poderío de las grandes corporaciones financieras y de los estados que las acunan. También, aunque con muchas variantes, ha condicionado la adopción de decisiones a la consulta, la interdependencia, la fluidez comercial y financiera. Estas economías sostienen altas tasas de inversión y de ahorro interno, lo cual deriva en holgados superávits comerciales.

La principal evidencia de la realidad ha sido el fuerte desbalance entre las economías del Occidente central y las sureñas, así como la vigorosa acumulación de reservas internacionales. También, y más allá de la prédica mediática, se ha instituido un cambio en las relaciones de poder entre los países avanzados y los emergentes. Por caso, en el G20, el gran foro para la cooperación internacional al que concurren numerosas naciones otrora subdesarrolladas, se percibe un cambio en la relación de poder a nivel mundial. Un dato, lector: mientras los Estados Unidos parecen comprenderlo -no necesariamente admitirlo- Europa se narra a sí misma un diagnóstico diferente.

A tal punto se ha desplegado este proceso -los estrategas euroasiáticos ya lo evalúan indetenible-, que hacia el año 2050 seis de las siete mayores economías del mundo serán países emergentes. Su rápido crecimiento implica un desafío: para el año indicado, el 85 % de la población mundial vivirá en esos territorios. Desde la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se ha emitido una predicción nada aleatoria: “Atender estos mercados hoy –aseguran sus analistas económicos– permite posicionarse en los mercados del mañana al tiempo que permite a las empresas contribuir a dar respuesta a los retos en materia de desarrollo sostenible”.

Se trata de una advertencia para los empecinados en imponer la renta sobre la realización. Según la Unión Europea (UE) el estudio de la viabilidad de una economía emergente debe incluir la sostenibilidad de un país en términos de “transparencia y valores democráticos, así como de economía, medioambiente y demografía, la atención de la salud, la distribución de la riqueza y la educación. Los criterios basados en factores ambientales, sociales y de gobernanza, deben formar parte de la hoja de ruta de los inversores en las regiones en desarrollo”.

BRICS + y OCS. 

Desde ya que quienes crecen no escuchan esas imposiciones y ratifican las concepciones culturales propias. Las mismas poseen sus propios contenidos acerca de qué merece llamarse democracia y qué entienden por distribución. Por lo pronto, en un camino inverso al de los países del centro occidental, han mejorado el nivel de vida de sus poblaciones e incluido en el área de consumo regiones sociales antes descartadas. Es preciso observar este aspecto con atención, pues las exposiciones públicas de Davos y su sucedáneo castrense, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) suenan bien, pero vienen con premio.

Los multipolares se caracterizan por una fuerte y progresiva actividad industrial que modifica la estructura de sus PBIs, alejándolos de la primarización. Esto conlleva a la aceleración de su crecimiento económico y sus mercados interiores. Los configura como los mercados con mayor potencial de consumo debido a que concentran una gran parte de la población mundial. A su vez, muchos vienen intensificando la investigación y el respaldo a las empresas locales, sin por ello rechazar inversiones externas, a las cuales colocan bajo monitoreo estatal.

Esas banderas se encuentran dentro de la ONU, lo cual puede corroborarse en las votaciones sobre aspectos específicos como el colonialismo, pero también han ido construyendo sus propias arquitecturas y adecuando algunas pre existentes. Ya no son sellos de goma ni asociaciones de paja, sino potentes coaliciones entre las que destacan los BRICS+. Cual amparo se sigue desplegando la entidad que surgió para cuidar la seguridad asiática y transitó hacia la conformación de una asociación de rasgos político económico financiero y comercial, sin abandonar -atenti- sus premisas iniciales, la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS).

REALIDADES O FICCIONES. 

Al recorrer despojados de prisa estas líneas, se va comprendiendo que los emergentes multipolares no están modificando sus acciones. No lo hicieron cuando arreció la fiebre de las sanciones al inicio del tramo más reciente de la guerra en Ucrania, no lo hacen ahora, cuando todo el mundo debate sobre aranceles y protección. Las portadas concentradas se apresuran a señalar que el planeta cambió radicalmente desde la asunción del rubicundo a la presidencia norteamericana, pero no pueden trasladar ese comentario etéreo a números concretos.

Como no logran relevar la verdad por la fábula, insisten en la difusión de presuntos valores. Hace un par de semanas, la experta en banca, economía aplicada, finanzas sostenibles, desarrollo sostenible y transformación digital, Elisa Aracil, mereció altavoz para expresar “El principal problema de las economías emergentes es que las instituciones son en estos lugares mucho más débiles que en países desarrollados. Una de las primeras cosas que los países emergentes tienen que hacer es reforzar sus instituciones y revisar el poder que tienen los gobiernos desde el punto de vista de la regulación legal. Por otro lado, es muy importante facilitar la entrada de multinacionales extranjeras que proceden de países desarrollados porque estas actúan como difusores de prácticas sostenibles sobre las cuales no hay regulación en los países en desarrollo”.

Claro, claro. Aracil insistió también en que “hay que hacer mucha concienciación individual a los ciudadanos sobre la importancia de la sostenibilidad. Son las propias empresas las que pueden llevar a cabo una labor de ‘evangelización’ en este sentido, además de los grupos de interés secundarios, como son ONG, movimientos sociales o ‘influencers’ locales”. Se entiende porqué los BRICS+, empezando por la República Popular China y la Federación de Rusia, dan cuenta de gran precaución a la hora de habilitar el ingreso a sus regiones de la comunicación occidental y de sus tramas sociales. Allí pueden adentrarse firmas productivas que admitan el regenteo oficial, pero no predicadores de la runfla financiera.

ARGENTINA EN EL WARNES. 

Los países que hoy siguen siendo caracterizados como avanzados alcanzaron, hasta la primera década del siglo en curso, un desempeño económico sobresaliente. Han estado a la cabeza del crecimiento del PBI, de la inversión y de la participación en el comercio mundial. Por su parte, las economías que hoy se mencionan emergentes concentraban la mayor parte de la población mundial, pero registraban tasas de crecimiento mucho menores. Con un ritmo que se acicateaba a sí mismo, se incrementó la brecha económica a lo largo del Siglo XX y sus esquirlas.

Sin embargo, varios sucesos modificaron la tendencia. El desplazamiento de las economías productivas en los años 90 inició el esquema que llamamos desterritorializador hacia dentro de las grandes potencias. Tal como lo habían hecho con las naciones más humildes, los estados centrales fueron sometidos a un progresivo traslado de recursos desde las zonas social productivas hacia las financieras con el argumento de ahorrar y salvar a los megabancos de sus propios desequilibrios. Esto fue deteriorando la estructura de las naciones más relevantes.

Por estas horas, cabe indicar que la Argentina, víctima de los saqueos propios del tramo final de la centuria previa (impulsados en especial durante la gestión comandada por José Alfredo Martínez de Hoz 1976 – 1983), se acaba de insertar en el sistema de absorción que damnifica a las naciones europeas. Justo cuando, como lo certifican los BRICS+ y tantos emergentes, la senda planetaria le ofrecía el lugar exacto para crecer en consonancia con otros países del Sur continental y con aquellos que se reestructuraron mediante los parámetros indicados párrafos atrás.

Entonces, ya que hablamos de Argentina, hablemos de Japón.

PUNTO DE QUIEBRE. 

Otros gobiernos, más perspicaces a la hora de visualizar el horizonte y definir nuevos caminos, adoptaron resoluciones inimaginables tiempo atrás. China, Japón y Corea del Sur afirmaron en un comunicado publicado el domingo 30 de marzo que están “listos para acelerar las negociaciones para lograr un acuerdo de libre comercio trilateral”. Fue luego de una reunión ministerial celebrada en Seúl. Los representantes de industria y comercio de los tres países también acordaron la creación de “un entorno predecible de negocios e inversiones”.

El 22 de marzo los ministros de Relaciones Exteriores de esas naciones habían celebrado una cumbre trilateral en Tokio para impulsar la cooperación regional, generando lo que el ministro de Asuntos Exteriores japonés, Takeshi Iwaya, llamó “un punto de quiebre en la historia”. Estuvo lúcido y acertó. El encuentro se concretó mientras los Estados Unidos iniciaban la contracción de su perfil global, llevando a muchos países hacia la redefinición de sus alineamientos.

Por supuesto, Wang Yi protagonizó desde el centro de la escena. “Las tres partes acordaron apoyarse mutuamente, ser buenos anfitriones del foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) y promover un regionalismo abierto. Nos adheriremos al multilateralismo y al libre comercio, y promoveremos la globalización económica en una dirección más inclusiva y universalmente beneficiosa”, dijo el canciller del coloso.

Con el 25% de la población mundial y una producción económica combinada que supera los 24 billones de dólares anuales, estos países asiáticos quieren consolidar su influencia a nivel global. “Nuestros mercados tienen potencial inmenso y capacidad para moldear el futuro económico”, aseguró el ministro de relaciones exteriores de China. Todos, son conscientes de las dificultades existentes, marcadas por la historia y los intereses presentes; pero el espíritu de época parece más fuerte.

Aunque Tokio y Seúl han fortalecido su cooperación en tecnología y defensa, Pekín todavía mantiene posturas antagónicas en temas sensibles como la seguridad regional. Vale recordar que, hasta hace meses nomás, Japón y Corea del Sur figuraban entre la nómina de aliados más cercanos de los Estados Unidos. Empero, si se afina la mirada se aprehende el sentido. El comercio los une: China es el segundo destino de las exportaciones japonesas y surcoreanas; Japón y Corea del Sur recibieron 26 mil millones de dólares en exportaciones chinas en 2024.

Claro está que el persistente asunto de la elaboración de semiconductores no fue ajeno al innovador enlace tripartito. Tras horas de diálogo, los ministros de Relaciones Exteriores de la amalgama amarilla, decidieron explorar mecanismos regionales que impulsen el desarrollo tecnológico conjunto. Otra pista a considerar se encuentra en la actitud hacia la Iniciativa de la Franja y la Ruta. Corea del Sur se adentró rápidamente en la propuesta del Dragón, mientras que Japón admitió sumarse a proyectos específicos dentro del trazado.

EL DRAGÓN VUELA LEJOS. 

China arrancó el 2025 con más solidez de la esperada: su PBI aumentó un 5,4% anualizado en el primer trimestre, según reveló este miércoles la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE). El dato se encuentra por encima de numerosas previsiones, que anticipaban turbulencias y dificultades en el seno del coloso. “Con la continua implementación y efectividad de varias políticas macroeconómicas, la economía nacional ha tenido un inicio estable y un buen comienzo de año”, declaró la entidad.

Eso si: nada de quedarse dormidos. La agencia advirtió sobre los retos que se avecinan: “El actual entorno exterior se ha vuelto cada vez más complejo y desafiante, mientras que la demanda interna efectiva necesita más impulso. Aún deben reforzarse los cimientos de la recuperación y la mejora económica”. Otros indicadores económicos importantes también superaron las estimaciones previas. La producción industrial creció un 7,7% interanual y marcó el ritmo más rápido desde junio de 2021. Por su parte, las ventas minoristas aumentaron un 5,9%, muy por encima del 4,3% previsto por los economistas, y representaron el mayor incremento desde diciembre de 2023.

Las ventas minoristas se consideran un indicador clave de la trayectoria económica de China. El país sigue lidiando con la atonía de la demanda interna, derivada de los problemas del mercado inmobiliario y los efectos persistentes de la pandemia. En respuesta, China redujo su objetivo de inflación del 3% al 2% para 2024 e introdujo subsidios gubernamentales y créditos para aumentar los ingresos de los hogares en un esfuerzo por incentivar el gasto de los consumidores.

Como el lector puede comprobar, el perfil productivista del 2025 chino fue anticipado en esta secuencia. Asimismo, se anunciaron los escollos en la economía europea ante su atadura a las innobles corporaciones belicistas. Y la intensa esgrima entre Trump y Xi a la hora de sostener los respectivos esquemas inversores. Para el lector interesado, además de sugerir un repaso de las Fuentes destinadas a ahondar en la nación milenaria, este periodista propone recorrer estos textos, originados en distintos análisis de Telma Luzzani y de Julio Fernández Baraibar.

Al tiempo que lo narrado sucedía, atrayentes episodios brindaban melodías dignas de considerar.

FICO o KALLAS. 

El primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, cuestionó fuerte a la representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Políticas de Seguridad, Kaja Kallas. Enfatizó que no puede ordenar a los dirigentes de estados soberanos dónde ir. La afirmación surgió ante las exigencias de la asociación declinante para que los funcionarios del Viejo Continente se abstengan de concurrir a los actos conmemorativos de la victoria sobre el nazismo en Rusia. Fico destacó que su visita está basada en “la verdad histórica” y agregó que “Eslovaquia es un país soberano, tenemos nuestra memoria histórica, tenemos nuestra experiencia histórica”. “No puedo permitir que el comisario de la Unión Europea, un miembro de la Comisión, me diga lo que debo o no debo hacer”, indicó.

Si se empalma este roce con aseveraciones precedentes, resulta necesario indagar cuán democrático es el centro occidental, embebido por su funcionariado y sus medios en una declamación humanitaria sostenida y fatigante. Para justificar sus pulsiones criminales necesita identificar a la nación que doblegó la amenaza más recia del siglo XX con su anverso, y a las bandas ucronazis que vindican las aspiraciones hitlerianas con la defensa de derechos que contribuyeron a damnificar. Fico es caracterizado como ultraderechista por el periodismo adocenado, al tiempo que Kallas y su entorno, adalides del pluralismo y la tolerancia.

PUTIN y PEZESHKIAN. 

¿Algo más? Bastante. Pocos días atrás el Parlamento de la Federación ratificó el acuerdo suscripto en enero del año vigente por los presidentes Vladimir Putin y Masoud Pezeshkian. La confluencia tiene como objetivo profundizar y ampliar la cooperación entre Rusia e Irán en una amplia gama de áreas. Entre otros asuntos, estipula que ambos países desarrollarán una cooperación igualitaria y mutuamente beneficiosa en todas las áreas de interés mutuo, coordinarán estrechamente las actividades a nivel regional y global y fortalecerán la colaboración en el campo de la seguridad y la defensa.

El tratado prevé que, si una de las partes es objeto de una agresión, la otra no proporcionará al atacante asistencia militar o de cualquier tipo que facilite la continuación de la agresión y promoverá la resolución de los desacuerdos sobre la base de la Carta de la ONU y otras normas aplicables del derecho internacional. También abordarán de conjunto “el comercio, la cooperación económica, industrial y en el sector bancario, el desarrollo de corredores de transporte internacionales que pasen por el territorio de ambos países, en particular el corredor de transporte internacional Norte-Sur, la colaboración en el sector energético: petróleo, gas y energía nuclear pacífica”

ARAQCHÍ, WITKOFF Y AL BUSAIDI.  

Por otro lado, aunque portando equilibrada ligazón, la República Islámica y los Estados Unidos acordaron ayer avanzar a una nueva fase de negociaciones sobre el programa nuclear iraní en la reunión indirecta mantenida en Roma, informó el Sultanato de Omán, que ejerce de intermediario entre los dos países. El ministro de Relaciones Exteriores iraní, Abás Araqchí, y el enviado especial estadounidense para Oriente Medio, Steve Witkoff, concretaron gestiones indirectas de cuatro horas mediadas por el jefe de la diplomacia omaní, Badr bin Hamad al Busaidi.

Araqchí explicó que la nueva fase incluye reuniones técnicas de expertos sobre el programa nuclear persa en Omán. “Estas conversaciones están cobrando impulso y ahora incluso lo improbable es posible”, dijo en X Al Busaidi tras el encuentro mantenido en la residencia del embajador omaní en Roma. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Omán afirmó en un comunicado que Araqchí y Witkoff “acordaron iniciar la siguiente fase de sus conversaciones, cuyo objetivo es sellar un acuerdo justo, duradero y vinculante” que garantice un Irán sin armas nucleares ni sanciones, pero que mantenga su “capacidad para desarrollar energía nuclear con fines pacíficos”.

Finalmente. El Papa Francisco presentó un nuevo texto. Se titula La esperanza dona a la vida del hombre una ventana hacia lo eterno. Es prólogo a una obra del padre Tommaso Gianuzzi. Como Jorge Bergoglio suele realizar aportes con significantes variados, quienes se interesen en su pensar pueden evaluarlo aquí. Y ahora, claro, en plena Semana Santa.

También cabe reflexionar, con buenos mates destinados a equilibrar el fresco, sobre esta frase de Antonio Porchia:

Creías que destruir lo que separa era unir.

Y has destruido lo que separa.

Y has destruido todo.

Porque no hay nada sin lo que separa.

*Director La Señal Medios / Radio Gráfica

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